Soy Sara. Hace dos años que estoy con mi novio. Él tiene 28 y yo 27 años.
Desde que nos conocimos siempre fuimos sinceros uno al otro.
Yo siempre fui extrovertida, de mucho hablar y esas cosas, y él no, él es más “recatado” más reservado.
Yo soy “viva la pepa” y además me gusta chismosear. Él me aceptó así, tal cual, pero hoy día ya está empezando a ponerme límites respecto a eso.
Me dice que debo cambiar mi manera de ser o que me va a dejar. Hace unos días nos peleamos mal por eso y no nos estamos hablando.
Yo vivo en una zona de barrio, donde los chismes abundan. Y siempre hay una fulana o sultana que se mete con el marido de alguien.
Y esas cosas yo comento con mis vecinas y amigas del barrio. Tenemos luego un grupo de WhatsApp que se llama “Chismes Calientes”.
Pire vai
Eso ya luego no le gusta, que tenga un grupo exclusivo para eso. Y la verdad que yo no veo mal, porque es la forma en que yo me distraigo, y la verdad que me relaja o me saca el pire vai (mal humor).
Para qué pa luego voy a decir otra cosa, a mí me encanta el chisme, no voy a ser bolaterapia en decir que gua’u no soy chismosa ¿A qué mujer no le gusta el chisme? Hasta a los tipos, ellos son más chismosos que nosotros y luego se hacen gua’u.
Pero mi novio veo como algo muy feo luego, como que pecado. En el grupo también tiramos datos importantes, como quienes son los vizcacheros del barrio para tener precaución también.
Vizcachero
Pasó hace poco que entraron a robar en la casa de una vecina y le culparon a un vecino que siempre pasa, pero tiene luego una pinta de pibe chorro.
Pasó frente a casa y saludó, estaba mi novio y yo rápido les escribí a mis amigas “recién pasó el terror de las bombachas” le dije por el tipo.
Así pues se le dice porque roba ropa interior de los tendederos. Eso fue fatal para él, vio que mandé y escándalo, pelea mundial, que como voy a ser así, que yo no sé si es cierto, que el día de mañana no me va a gustar si se habla por mi hijo así, que bla bla.
Hace días nomás. Encontró una conversación con mis amigas donde contábamos que una vecina se metía con un mecánico que vive cerca. Y ahí fue que me puso el ultimátum, tipo: los chismes o yo. ¿Quiero saber qué piensa? ¿Cómo puedo hacer para que no se meta más en mi vida?
La respuesta:
Pues bien, con esa consulta, podemos deducir que aquí no hay mucho sentimiento de por medio, ya que la intensión es el cambio por parte de él y no cambio en una misma.
Primeramente, analiza bien qué beneficios lleva ser tan comunicativa: ¿Te llevas bien con los vecinos?, ¿Te consideran buena persona?, ¿Crees que podes contar con ellos en una situación de emergencia? Él tiene razón al decir, que tenes que tener en cuenta los comentarios también que se pueden tejer por tus hermanos, parientes y por vos misma. Y lo que es más, que seguridad tenes que esas amigas son fieles al mismo grupo, no estarán comentado cosas de las mismas integrantes con otras personas.
El chisme nace de rumores, muchas veces infundados y por lo tanto puede destruir parejas, amistades, familias y hasta parientes. Nunca, pero nunca es bueno. Solo es satisfactorio para el que lo cuenta porque se vuelve como un vicio y cuando entras en ello es muy difícil de salirse porque consideras que es una parte tuya y es inofensivo.
Pero se puede, es cuestión de voluntad, amor propio y madurez. Si verdaderamente sentís algo bueno por esta persona y en especial por vos, trata de salirte de este mal vicio. Si crees que no vas a poder, dale la oportunidad a él que se sienta bien con otra persona. El chisme habla más de uno que del caso que se cuenta.
