Mónica E., una médica de Concepción, asegura que Pandora llegó a su vida cuando aún era una cachorrita.
La caniche creció en sus brazos, aprendió a alimentarse y a recibir cariño. Pero un día se escapó de la casa y la doctora se llenó de angustia.
Casi dos años después, la volvió a ubicar, pero ya con otra familia, donde la llamaban Blanquita.
Óscar Tuma, abogado de Mónica, envió a EXTRA pruebas de los primeros días de la perrita caniche con la médica, reclamando que su clienta es la dueña teete de la mascota.
El caso de Pandora o Blanquita (ella responde a ambos nombres) es inédito, ya que fue la primera vez que un animal se sometió a Cámara Gesell.
Durante el procedimiento, la caniche estuvo en una habitación, que había sido condicionada para permitir la observación de personas, para lograr ciertas declaraciones o historias que sirvan para una investigación.
Ambos supuestos dueños tenían que llamar a la perrita y ella movía la colita. El informe de la Cámara Gesell aún no salió, pese a que el procedimiento se realizó hace ya un mes.
Regalo
“Ella (Pandora) fue un regalo recibido cuando aún era muy pequeña. Desde entonces, mi cliente se ha encargado de su cuidado y crianza”, aseguró Tuma.
“Hubo un período de tiempo en que la perrita se escapó, como le ocurre a cualquiera y ahí es donde la encuentran en la calle y adoptan, pero esa situación no te derecho de propiedad”, aseguró el abogado.
Según Tuma, si se sigue la lógica de la otra familia de la caniche, cualquiera puede agarrar un perro de raza de la calle y adueñarse del mismo. “Esa situación no le da calidad de dueño, se dio una circunstancia de pérdida”.
Adoptaron en la calle
Ever Blanco, el otro dueño de la caniche, contó a EXTRA que adoptaron de la calle a Blanquita y cuestionó por qué la doctora esperó tanto tiempo para reclamar, si era su vecina.
Actualmente, la perrita vive en la casa de la empleada de la doctora y para Tuma el caso debe resolverse ya a favor de la “legítima dueña”. Blanco denunció por apropiación, luego cambió la carátula a hurto.
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