“Mi esposo y yo estamos en los 40, tenemos 2 hijos, una hermosa casa, somos profesionales con buenos trabajos y buen pasar económico. Nos hemos sacrificado mucho para conseguir todo lo que hemos logrado, pero en ese esfuerzo también hemos dejado de lado la parte de ser pareja. La relación se ha enfriado. Hace poco conocí a un hombre con quien tuve una aventura y al final nos hicimos amantes, en secreto, y me gusta estar con él. No quiero destruir lo que tengo con mi esposo y he pensado seguir con esta doble vida por bien de mi familia. Necesito consejo”
Existen muchas parejas que están pasando por esta misma situación. A veces nos esforzamos tanto por conseguir grandes metas, lograr títulos, ser profesional, un buen trabajo, una casa, vehículos, ascender socialmente, enviar a los hijos a los mejores colegios, etc., y sabemos que para eso hay que trabajar mucho y más tiempo.
En ese trayecto vamos perdiendo o postergando otras cosas importantes como por ejemplo, los momentos para uno mismo, la vida de pareja, la familia, los fines de semana. Entonces los momentos de ocio, diversión y descanso van siendo relegados. La rutina se ha apoderado de nuestra vida y esa misma rutina, que muchos le llaman disciplina, nos convierte en personas aburridas y sin tiempo de explorar cosas nuevas en la relación de pareja; nos olvidamos de alimentar el fuego de la pasión, no hay tiempo para seguir conquistándose, porque lo damos por hecho y pensamos que no hace falta.
El corazón sabe lo que quiere, pero el cuerpo también lo sabe. Como mujer mereces ser atendida, que te recuerden cada día lo bella y deseable que eres y que busquen conquistarte, y es normal que esa necesidad busque ser satisfecha, aunque muchos te dirán que es debilidad, pero llevar una doble vida puede ser peligroso.
Si estás “entusiasmada” con esta aventura extramatrimonial, en algún momento vas sentir más ganas de estar con tu amante que con tu esposo. Comenzarás a sentirte atada y lo que antes era tu hogar se convertirá en una cárcel. La paciencia y la tolerancia irán desapareciendo, surgirán más peleas seguidas de largos e insoportables silencios. La felicidad se irá desvaneciendo, afectando a toda la familia.
Estás sentada en una bomba de tiempo que puede explotar en cualquier momento.
Es momento de enfriar tu mente y analizar, imagina los posibles resultados y elige el más conveniente para todos. Algunos prefieren vivir una vida de apariencias por no aceptar su propia realidad y terminan perdiendo cosas más importantes como su felicidad y su libertad. Estás a tiempo de tomar decisiones. Si sientes que tu vida de pareja puede ser recuperada entonces hazlo, conversen, recupérense y disfruten aquello por lo que tanto han luchado.
Pero si estás convencida de que tus sentimientos están con otro, es el momento de ser sinceros y conversar sobre una separación, para lo cual también necesitarán asistencia psicológica.
