13 dic. 2024

Tejedoras piden crear una escuela para enseñar ñandutí

Ayer se celebró el Día Nacional del Ñandutí en Itauguá. Cinco artesanas itaugüeñas fueron homenajeadas en el evento.

“Hacer el ñandutí es mi pasión”. Así describió su amor por el arte la tejedora Estefana Benegas (67), más conocida como Ña Ete, quien a los 7 años aprendió a bordar y hasta ahora no ha dejado de tejer. Ella se encargó de hacer la terminación del vestido que usó la primera dama Silvana López Moreira, el pasado 15 de agosto.

“Estoy muy orgullosa de ser una de las distinguidas tejedoras y una de las pocas que sabe hacer las terminaciones, pero esto también me preocupa, ya que algún día debo dejar y no hay reemplazante. Por eso me gustaría que las autoridades se preocupen también y puedan abrir una escuela de ñandutí donde se enseñe desde el tejido hasta la culminación”, pidió Ña Ete.

Ayer se celebró el Día Nacional del Ñandutí, algo que se recuerda el segundo domingo de octubre. Cinco artesanas, Tomasa Coronel, Clara Meza, Cándida Ramírez, Estéfana Benegas y Basiliza Florentín fueron distinguidas por su trayectoria y por dejar en alto el nombre de Itauguá con sus trabajos, que son internacionalmente conocidos.

Durante el festejo se pudo disfrutar del tradicional desfile de carrozas y la elección de Miss Ñandutí. Este año se llevó la corona la señorita Niz Magdalena Santacruz Páez.

Valorar el trabajo

Cándida Ramírez (78), quien aprendió a tejer a los 6 años, pidió que se valore más el trabajo de las artesanas. “Un mbeju’i las tejedoras venden a G. 20.000 a las casas mientras que los comerciantes lo revenden a G. 50.000. Al final no se valora el trabajo que conlleva realizar”, se quejó la artesana. La señora dijo que el famoso mbeju’i lleva dos días de trabajo.

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Gustavo Segovia

“Nos hincaban con aguja para aprender”

Marta Palacios de Martínez contó que a los 13 años aprendió a tejer de la mano de su abuela. “Recuerdo que era muy jovencita y casi no prestaba atención a lo que decía mi abuela, entonces ella con la aguja con que bordábamos me hincaba para concentrarnos y terminar el trabajo. Mi primer tejido fue el mbeju’i”, contó la doña. Aunque ña Marta no se dedica a vender sus trabajos, sí lo hace para los adornos de la casa. Contó que enseñó a sus hijos a bordar.