Hola diario EXTRA. Me llamo Natalia, así como veo que otras personas hacen, también quiero contar mi historia.
Tengo 40 años. Vivo en Ciudad del Este. Tengo una hija de 6 años, soy mamá soltera. Me separé del papá de mi hija cuando ella tenía apenas 1 año. Soy una persona que desconfía mucho de los hombres, soy celosa y y algo controladora. Pero todo tiene un por qué.
Tenía cuernos hasta donde no me da la luz del sol, con eso ya digo todo. Es decir, mi marido era un “don Juan” que al dos por tres cambiaba de amante. Le descubrí varias veces y también lo perdoné muchas, hasta que me di cuenta de que ya no cambiaría, decidí dejarlo, finalmente un día pude, cuando ya estaba completamente rota como para seguirle amando.
En todos estos años no tuve novio, tuve relaciones pasajeras, pero nada serio, hasta que conocí a Braulio. Es profe de educación física, es menor, tiene 35 años. Lindo tipo, el hombre que siempre soñé.
Detallista
Braulio parecía muy entusiasmado conmigo al principio. Me trataba bien, era detallista, buscaba estar conmigo siempre. Los viernes era nuestro día de salida sí o sí, nunca tuvimos inconvenientes, parecía que quería algo serio conmigo.
Nuestras salidas eran así: a fiestas, a cenar, paseos en otras ciudades cercanas. Siempre llevaba a mi hija cuando eran salidas así. A veces eran citas a solas también. Braulio siempre trató bien a mi hija, incluso eso me ilusionó a mí porque pensé que podríamos formar una familia linda, lo vi como un buen guía para ella. No papá, pero sí el hombre que guiaría nuestro hogar.
Realmente a veces me daba a entender que quería vivir conmigo. Entonces yo ya bromeaba con eso, hasta que un día de la nada me dijo que quería hablar conmigo, me dijo que me quiere demasiado, pero que no podemos formalizar nada juntos y le pregunté por qué y me dijo que yo tengo una hija y que cómo él va a presentarse a su familia con alguien que ya tiene hija.
Ahí ya no entendí nada, porque le dije también que él tiene dos hijos (distintas mamás), y me dijo que sí, pero que viven con la mamá, y también que cómo él va a ir a vivir conmigo y darle un hogar a mi hija, si no le pudo dar ese hogar a sus hijos.
Desde ese día corté contacto, pero me suele escribir y me pregunta cómo estoy. Realmente me hizo sentir muy mal, como si fuera pecado que tenga una hija. ¿Qué piensa de todo esto?
La respuesta
Buen día, mi estimada Natalia. Existen ocasiones en que la sinceridad golpea mas fuerte por la experiencia que uno vivió en el pasado. Por un lado, tu desconfianza en los hombres, producto de lo que viviste y por otro lado la presencia de una persona que se presenta interesante, pero a la vez sincera con lo que le pasa y sus compromisos personales (cosa que no viste en tu relación pasada). Existe mucha posibilidad que verdaderamente no tenga un fuerte interés en vos o que la culpa de formar una familia y darle las atenciones a tu hija y no a los suyos le superen. De cualquier forma, es muy probable que no sea la persona indicada como pareja para vos y guía para tu hija.