Historia de Andrea:
Respuesta:
La mayoría de las veces, la infidelidad suele ser la consecuencia de otros problemas y sucede hasta con las mejores relaciones.
Muchas personas se separan porque han sido infieles, pero muy pocas veces se ponen a analizar el porqué de todo eso: la rutina, el estrés, aburrimiento.
Algunas veces no es por lo que hicimos, sino por lo que dejamos de hacer. Las personas somos propensas a pensar que un buen sexo soluciona cualquier problema de pareja y solemos subvalorar la importancia de la comunicación y la complicidad.
Todos necesitamos ser conquistados cada día y ser sorprendidos, enamorarnos todos los días. También existe la posibilidad de que él realmente quiera recuperar la relación ya que estuvo dispuesto a dejar el trabajo donde se originó la infidelidad y alejarse de esa mujer, volver a empezar demostrando que quiere salvar los pedazos útiles de tu relación y construir algo nuevo.
Quizá merece otra oportunidad. Pero también van a tener que trabajar juntos en esa recuperación de confianza, analizar sus fortalezas y principalmente sus debilidades, enfriar la cabeza y ver qué es lo dejaron de hacer, recuperar los aspectos importantes que hicieron fuerte a la relación y que lo dejaron olvidado por el camino.
Dar por hecho una relación de pareja es el peor error que se puede hacer, porque dejamos de cuidarla, atenderla y ahí es cuando vienen los inconvenientes.
Muchos problemas de pareja también empiezan con la frase o pensamiento “si me conoció así entonces tendrá que aguantarme así". Si sentís que vale la pena salvar tu relación tendrás que deshacerte de todo lo ha colaborado a destruirla, trabajar sobre los errores y para ello van a necesitar mucha ayuda profesional psicológica.