Todos tenemos miedos e inseguridades en diferentes formas e intensidad. Los trastornos existen y siempre tienen un origen real, solo que a veces no lo admitimos o no nos damos cuenta hasta que interfiere con nuestra vida, con nuestra tranquilidad.
El miedo a la soledad o “autofobia” es más que un simple sentimiento, es un trastorno que pudo haberse originado en el hecho del abandono de tu padre y posteriormente de tu madre. Eso te vuelve insegura y con poca autoestima, y es por eso que inconscientemente convertiste tu relación en una fortaleza protectora a la que te aferraste con todas tus fuerzas.
Pero hay que tener en cuenta que en una relación de pareja, para que funcione, se debe dejar espacios para respirar. Cada uno debe tener su espacio, sus propios pensamientos, sus momentos, sin tener que dar explicaciones de todo. Sin ese espacio individual, la relación se vuelve tóxica.
Una infidelidad, real o no, disminuye o destruye la confianza. Pero la mayor parte de las veces, la infidelidad suele ser la consecuencia de otra situación anterior. El excesivo control y la invasión a la privacidad suelen llevar al fastidio, al cansancio y a la intolerancia.
El ser humano necesita respirar su propio aire y más aún si ese aire en la pareja está contaminado con reclamos, exigencias y constantes pedidos de rendición de cuentas.
Para que la confianza funcione, debe haber libertad de comunicación y para que haya comunicación hay que poder conversar libremente y saber escuchar. Si no es así, la comunicación se convierte en una inquisición y es muy difícil que una relación funcione así.
Deberías trabajar en tu propia autoestima, revisá tus fortalezas y tus debilidades, todos las tenemos, solo que a veces no las podemos distinguir o manejarlas. Necesitás enamorarte de vos misma y trabajar en vos.
Te sugiero que busques ayuda psicológica lo antes posible.
