Lamento que no lo superes, por eso seguís reclamándolo; sin embargo, si aceptaste continuar, lo ideal es que hayan trabajado juntos para reconstruir la confianza y ajustar todo cuánto haga falta para no dar lugar a otra infidelidad.
Si no lo han hecho, es momento de que lo hagan, necesitás ser específica y clara: indicale cuáles son las situaciones o las actitudes que te remontan todavía hoy a ese lamentable suceso. Si el amor y el respeto son recíprocos entre ustedes, él cuidará de no repetirlos para evitar que vos, debido a esa incomodidad, reacciones reclamándole.
Supongo también que desde el inicio de la relación le dejaste en claro que para vos es innegociable mantener la exclusividad entre ustedes, si no se lo mencionaste, es momento de hacerle saber y ser firme en ello.
“Dejá el evento a donde pertenece: en el pasado; seguir reclamando es señal de que el dolor sigue en tu historia de amor. No olvides, la más importante de las fidelidades es para contigo misma”.
Superar una infidelidad es ciertamente difícil, de hecho, hay quienes no quieren ni pueden hacerlo, por eso es importante tu honestidad para contigo y proponerte, si así lo decidís, ya no volver a tocar el punto con conflictos que no tienen nada que ver con esto. Dejá el evento a donde pertenece: ahí en el pasado, porque seguir reclamando es indicador de que la desconfianza y el dolor siguen acompañando a tu historia de amor y, decime, ¿así te parece sano y estable continuar?
¿Acaso las relaciones amorosas no deberían de colaborar con tus sentimientos de bienestar, satisfacción y seguridad? ¿Todavía hay señales de su parte que te hagan constantemente sospechar de otra infidelidad?
Te invito a que te concedas el tiempo y el espacio para reflexionar ante estas preguntas y, no olvides, la más importante de las fidelidades es para contigo misma.