La campanilla sonaba fuerte en los pasillos; el sonido retumbaba no más que las risas. La última vez que la había escuchado fue en la escuela, pero aquella niña, esta vez, no corría rumbo al recreo.
Con un semblante renovado y una radiante sonrisa, la señora se dirigía hacia ese lugar en donde todos los pacientes quieren llegar: la esquina de los deseos.
Allí, pendían de las paredes del hospital la campanilla y un atrapasueños. En aquel aro quedaban desechados los malos momentos y en cada pluma estaban depositados los más bellos anhelos de los pacientes de cáncer.
Con su mano poco fuerte por tantas sesiones de quimioterapia, la mujer tomó la cinta y la estiró haciendo de ese repique de campana un momento glorioso.
Luego, se fundió en un abrazo fortalecedor con cada uno de los profesionales de blanco.
“En serio me llena de felicidad, ayer después de 16 quimios mi abuela venció el cáncer”, escribió sin más detalles en su cuenta de Twitter una joven de nombre Sofía, quien compartió la victoria de la doña con los internautas.
El video enterneció en la red social y les dejó maravillados y llorando a todos.