18 abr. 2024

“Trabajar en alturas es más tranquilo, nadie te molesta”

Guaireños se ganan la vida pintando altos edificios en Argentina. Compatriota perdió el miedo, pero tiene mucho respeto al viento.

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Juan Carlos y su primo, pintando un edificio de 70 metros. Alvaro Vázquez (der.) coloca vidrios en la Cámara de Diputados.

Al villariqueño Juan Carlos González (53) le sobra valor para pintar los edificios más altos de Buenos Aires, Argentina. Confía en su técnica y en la firmeza de sus manos para sostener el rodillo.

Hace 12 años, cuando fue a vivir en la localidad de José C. Paz, tuvo un gran maestro: su tío Isidrio Brítez, también paraguayo. El señor lleva 30 años en el vecino país, trabajando de “silletero”, como llaman a los pintores de altura. Descubrió que la raza guaraní había domado el viento.

Juan Carlos tuvo una sola lección antes de empezar a trabajar: aprender a hacer los mejores nudos. “Lo principal es hacer bien los amarres de la soga, de eso depende perder el miedo”, reveló.

El compatriota trabaja hoy de forma independiente y asegura que así gana más. “No se necesita más que sogas, arnés y una buena silleta”, indicó.

Ayudado por su primo, en unos días más terminará de pintar un edificio de 21 pisos y 70 metros de altura, aproximadamente. “Trabajar en las alturas da más gusto, es más tranquilo: nadie te molesta, no te distraen, no te dicen que hacer...”, manifestó.

El enemigo

El gua’i tiene un gran respeto por el viento. Considera que es el mayor enemigo de los silleteros. “Cuando el viento está muy fuerte es difícil trabajar. Una vez me tiró para la otra esquina y me cagué todito”, recordó entre risas.

Efecto COVID

La pandemia también afectó el oficio de Juan Carlos, pero ahora hay más movimiento. “Soy pintor profesional, pero para salvar hago de todo, hasta albañilería”, dijo.

Mediante el trabajo, muchos compatriotas se estrecharon las manos en la capital argentina. “Los paraguayos trabajamos en construcción, los peruanos venden ropas y los bolivianos, verduras”, apuntó González.

Alvaro Vázquez, es otro guaireño que desafía las alturas colocando vidrios al edificio anexo de la Cámara de Diputados. También hay tres compueblanos suyos que desde hace 22 días trabajan pintando el Obelisco, símbolo máximo de la “ciudad de la furia”. El encargado de la obra es Vidal Espínola, de San Ignacio, Misiones. Gabriel Romero y Matías Rojas son sus ayudantes. Deben pintar las cuatro caras del monumento.