La detención de Juan José Gabriel González (20) y Guillermo Fabián Belotto (30), en el barrio Republicano de Asunción, dejó al descubierto el mercado negro de los vehículos robados, en la capital.
El comisario César Diarte, jefe del Departamento de Investigación de Delitos dijo a EXTRA, que en las últimas semanas se robaron muchos autos “chileré" en Asunción.
Añadió que asignó un equipo para rastrear a los robacoches y en la mañana del miércoles, vieron un Toyota Runx, gris y se fijaron en el chofer.
Enseguida pillaron que era un “viejo conocido” por las veces que lo apresaron y por eso le altearon.
Los muchachos admitieron que el auto era robado y lo iban a llevar a un taller mecánico bajo pedido específico.
Por dos millones
Aseguraron, que compraron el auto por 2 millones de guaraníes de otro levantador (robacoche) y en el taller lo iban a vender por 5 millones.
Contaron además que tienen un patrón quien les encarga los robos de vehículos. Ellos eligen marcas, modelos y colores, todo sobre pedido. El patrón les paga 2 millones de guaraníes por cada auto.
Después, ellos (patrones) se encargan de venderlos, desarmarlos o usarlos para asaltos, añadieron. Los pedidos de colores deben ser respetados ya que los venden por partes a los chapistas, quienes cambian las partes chocadas e inservibles de los autos de sus clientes por las partes sanas de los vehículos robados.
Las otras partes son vendidas a mecánicos y desarmaderos.
Los Toyota modelos Allión, Runx, Auris, son los más pedidos. Esos autos son 4 puertas, rápidos, pueden ser usados en asaltos o fácilmente vendidos, indicó el agente. Estos vehículos existen en gran cantidad, suelen sufrir más accidentes y se necesitan repuestos.
Llevó camión ajeno
Cámaras grabaron cuando un camión descompuesto y estacionado en el barrio Fátima era estirado por una camioneta Nissan Terrano en la que estaban dos hombres.
La Policía investigó el robo ocurrido el miércoles de madrugada y apresó a Osvaldo Insfrán Fleitas, de 32 años. El hombre vendió el vehículo ajeno a un desarmadero en el barrio Espirítu Santo, de San Lorenzo.