11 dic. 2024

Las hermanas Portillo, chureras por excelencia del Mercado 4

4-AC

“El Mercado 4 significa para mí toda una vida, toda una protección para una madre prácticamente desamparada como yo, porque mi marido falleció muy joven, a los 42 años. Me quedé sola con las cuatro criaturas”, contó entre lágrimas Felicia Portillo, una vendedora de menudencias que hace 54 años trabaja en el popular centro de compras.

La churera de 67 años heredó este oficio de su madre, Candelaria Colmán. También su hermana, Florencia Portillo, se unió a la aventura de salir a las calles ofreciendo los productos, antes de que el sol marque su presencia en el cielo. “Yo a la edad de 11 años trabajaba sobre el burro, así comencé vendiendo chura porque mi mamá luego era churera. Me levantaba primero para darle el desayuno a mi burro, hacía cocido para mí y empezaba mi recorrido por la calle desde las 04:00 de la mañana hasta las 10:00", recordó doña Felicia.

También rememoró que a sus 14 años, una vendedora del Mercado 4 le ofreció un “puestito” dentro del lugar, por lo que tuvo que vender su animal de carga para iniciar una nueva hazaña, poco antes de cumplir sus 15. Fue así como, poco tiempo después, ofreció a su hermana Florencia, que en ese tiempo contaba con un almacén en los alrededores del mercado, dedicarse nuevamente a la venta de entrañas.

Hermana de la vida y el trabajo

El 4 de octubre, Florencia cumplirá 50 años como vendedora en el concurrido rincón asunceno en el que guarda grandes anécdotas. “Yo vine en el tiempo en que tres menudencias se vendían por 500 guaraníes”, dijo. Añadió que la clave que le mantuvo por casi medio siglo en el rubro es atender bien a todos los clientes. Aseguró que el secreto está en “limpiar bien la menudencia para que no se quejen (los clientes) porque como le digo a ellos: ‘yo le necesito a ustedes’. Si les despacho mal, ya no van a venir más”.