Es casi común encontrar mensajes “kachiãi” con números de teléfono pintados por las paredes del microcentro de Asunción.
En algunos casos , esos mismos mensajes se pueden ver en los barrios y hasta detrás de los asientos de colectivos. Muchos lo ven como simples cargadas o bromas, pero para otros, la publicación de sus datos se convierte en un verdadero infierno.
Juan Carlos (nombre ficticio), en contacto con EXTRA, relató que su vida ya no fue la misma desde que fue víctima de una de esas “bromas pesadas”.
“Quiero conocer hombres, soy gay”, señala parte del mensaje seguido de su nombre y número.
“Primera vez en la vida que me pasa algo así, yo nunca tuve problemas con nadie, con mi mujer ni nada, pero este es ya un ensañamiento brutal y yo creo que es un psicópata, porque esto no es algo normal”, expresó.
Desde que “regaron” la ciudad con sus datos, el hombre viene siendo acosado de día y de noche.
“Recibo mensajes con videos pornográficos, mensajes de todo tipo. De Argentina y hasta Panamá nio me llamaron. Lo más grave es que sacaron mi foto de Facebook y publicaron con mi número a una plataforma de citas gay”, contó.
Si bien Juan cree que la solución hubiera sido cambiar de número, señaló que lo tiene hace mucho y sus clientes ya tienen ese contacto, ya que se dedica a la compra y venta de inmuebles.
¿Es delito?
El afectado realizó la denuncia en la Fiscalía, pero quedó en eso. “De esto ya hace más de un año, los mensajes mermaron, recibo cada día de por medio y eso”, señaló.
Por su parte, el oficial Emmanuel Fernández, miembro del Departamento de Delitos Informáticos, indicó que se trata de un caso que debe ser traslado al ámbito privado por dañar la imagen y que al ser contra personas innominadas, la causa es más difícil de investigar, no obstante, aconsejó que las víctimas vayan y hagan la denuncia en cualquier dependencia policial.
“Lo que solemos recomendar es que la víctima bloquee a todo aquel que le acosa, así también publicar en sus redes lo que está pasando para informar”, señaló.
En tanto que para el comisario Francisco Escobar, también miembro del área de Cybercrimen de la Policía, el caso puede ser una “violación al derecho de intimidad”, cuya expectativa de pena es una multa y cuyo monto lo establece cada juzgado por cada caso.