“En total atajé cuatro penales, dos con el físico y dos con la mirada”, dijo entre risas el golero Rodrigo Delvalle del Deportivo Pinozá en contacto con EXTRA.
Su club asunceno venció por 6-5 en tanda de penales al Atlético Juventud de Mariano Roque Alonso en la última fecha de la Copa Paraguay.
Pero esos números quedan chicos ya que cada club remató 9 penales, es decir, hubo 18 remates en total desde los 12 pasos. En una de ellas, un colega suyo salió llorando después de fallar su remate, pero Rodrigo volvió a dar vida a su equipo al desviar el balón.
“Fue una emoción muy grande para todo el equipo, para mí personalmente también. El fútbol te da esas alegrías y disfrutamos al máximo”, manifestó.
Agregó que los buenos resultados le motivan para prestarle más atención al estado físico que muchas veces a uno se le escapa tener en cuenta.
“Me estoy cuidando mucho más ahora que está pasando todo esto también. Es motivación para mí y tengo que ser motivación para otra gente que quiera seguir jugando y que quiera cuidarse”, resaltó.
Pinozá pasó a la fase 2 de la Copa Paraguay y se enfrentará al equipo de Encarnación de la Intermedia, posiblemente a finales de este mes o inicios del próximo, según explicó.
“La Copa Paraguay le une a todos los paraguayos, viene gente de todas las ciudades, de todas las etnias, de todos los colores por llamarlo así y para nosotros es una motivación grande pelear, una felicidad ganar y vamos a seguir esforzándonos para poder llevar al club Pinozá al lugar que merece”, agregó.
Rodrigo tiene como líder de su hinchada a su mamá y como ejemplo a seguir a su difunto padre quien partió hace 7 años y le encaminó en el mundo del fútbol y del estudio. El arquero de Pinozá egresó en la UNA en derecho y notariado.
“Sin él ni mi mamá que está conmigo, no iba a ser posible eso. Fue un sacrificio muy grande porque trabajé, estudié y jugué fútbol por mucho tiempo. Nadie me regaló nada y gracias a Dios, hoy estoy haciendo lo que más me gusta”, resaltó.