Hola licenciado, soy Saira, tengo 28 años y estoy en pareja hace un año con José Luis. No sé si estoy exagerando o realmente estoy siendo lógica.
Mi novio insiste mucho en que soy ridícula al armar “escándalo” según él por macanada. Esta noche se supone que vamos a pasar la Navidad en la casa de sus padres.
Yo soy del interior y como ya vivimos juntos, dividimos el lugar donde vamos a pasar, en Año Nuevo pasamos con mi familia.
Resulta que mi suegra, esa señora que nunca luego me tragó, decidió invitar a la ex de mi pareja a la cena.
Así, sin asco. Según ella, “le siente como una hija”, porque se conocen de años, es su “hijita desde niñita” ¿Y yo qué soy entonces para ella? ¿Simple y sencillamente una más?
Yo no quiero ir, después de esto siento que me humilla. Solo me quiere lastimar, solo quiere mostrar que esa es “mejor”.
Me duele, me humilla ¿Qué necesidad hay de sentarme a la mesa con la ex? Esto va a ser súper incómodo.
Pero mi novio me dice que “no haga caso nomás”, que vaya igual, que si no voy él se va a enojar.
Ya vivimos juntos, se supone que somos una familia, pero a la hora de ponerme primero, ahí ya se hace del ñembotavy.Y no es la primera vez que mi suegra me hace pasar malos ratos. Una vez, delante de toda la familia, tiró que la ex cocinaba mejor que yo.
“Está rico tu tallarín, pero la salsa le salía mejor a May”, dijo un poco.
Otra vez, llevó fotos viejas de ellos dos y se puso a mostrar como si fuera álbum de recuerdos, mirándome de reojo.
Nunca me aceptó, nunca me defendió, siempre buscó la forma de hacerme sentir que yo estoy de más, que no cumplo con sus expectativas.
Nunca soy suficiente, para nada luego. Estoy harta. Por eso siento que esto lo hace por maldad, para marcar territorio, para hacerme chiquita.
Y lo peor es que mi pareja no lo ve, o no lo quiere ver. Yo no quiero pelear, solo quiero respeto.
Esta noche debería ser una cena familiar, no una competencia ni una provocación.
Pero parece que, para mi suegra, hacerme sentir mal es su deporte favorito.
Sinceramente, no quiero ir, me re hace sentir mal la idea de ir así, en estas condiciones. Pero él me presiona ¿Qué hago?
La respuesta:
Entiendo que estás con mucha frustración. Lo que experimentás no es una exageración, sino una falta de límites clara por parte de tu entorno político y una carencia de validación de tu pareja. La actitud de tu suegra, al invitar a la ex y compararte constantemente, es una forma de violencia pasivo-agresiva que busca desestabilizarte. En una relación de convivencia, la prioridad debe ser el bienestar mutuo; que José Luis minimice tus sentimientos llamándolos “escándalo” o recurra al “ñembotavy” (hacerse el desentendido) indica que no está asumiendo su rol de compañero ni protegiendo el espacio emocional que han construido juntos. No estás obligada a someterte a una situación que afecte tu dignidad por compromiso social. Si decidís no ir, hacelo desde una postura de autorrespeto y no de pelea: explícale a José Luis que el respeto a tu persona no es negociable y que forzarte a compartir la mesa con alguien que ha sido usado para humillarte es una falta de empatía grave.