Hola a todo el equipo del Diario EXTRA. Soy Aníbal. Tengo 25 años y mi única debilidad es el fútbol.
No se trata solo de patear la pelota, para mí es despeje, desestrés, reírme con amigos, ser realmente quien soy.
Pero desde que estoy con mi novia, hace dos años, algo tan simple como ir a jugar se convirtió en un problema constante.
Ella odia que vaya a jugar fútbol, y eso que yo no voy todos los días. Cada partido es una discusión.
Si le aviso que voy se re enoja y dice que “justo quería verme” ese día cuando realmente no planeamos nada.
Si no aviso con mucha anticipación, se enoja. Si voy junto a ella y me ve feliz después de un partidito, se pone argel.
Y si pierdo y vuelvo cansado, tampoco está bien, porque según ella “me pongo de malhumor por culpa del fútbol”.
Con el tiempo empecé a notar algo que me incomoda: parece competir con mis amigos. Como si ellos fueran rivales.
Comentarios
Si salgo con ellos, cuenta las horas. Si hablamos por el grupo del equipo, hace comentarios irónicos. Si surge un tercer tiempo, automáticamente es un drama.
Siento que quiere ser el centro absoluto de mi tiempo, de mi energía y de mis decisiones. A veces tengo la sensación de que no quiere un novio, quiere un soldado, y esto ya me está molestando demasiado.
Ella para mí realmente quiere a alguien que esté disponible siempre para ella, que obedezca, que pregunte antes de hacer cualquier cosa y que elija siempre lo que ella quiere.
Si no cedo, vienen los reproches: que no la priorizo, que el fútbol es más importante que ella, que soy inmaduro. “Tu novia la pelota”, me dijo en una oportunidad.
Lo más confuso es que esto no pasa solo con el fútbol, pero ahí se nota más. Es como si ver que disfruto algo sin ella le molestara.
Como si mi felicidad independiente fuera una amenaza. Y eso me hace ruido, porque yo no le prohíbo nada, no le controlo sus salidas ni sus amistades.
Quisiera saber cómo lidiar con esto. Mis amigos me dicen que debo dejarla, que no tengo por qué aguantar esto, pero mi corazón realmente no puede. Yo le amo sinceramente. Estoy nomás esperando que recapacite ¿Qué piensa?
La respuesta: