“Hola, diario EXTRA. Hace tiempo que quiero contar mi historia, pero no me animaba.
Tengo una relación matrimonial de 10 años, dos hijos y una beba de 10 meses.
Mi marido tiene 45 y yo 35. Él siempre fue muy buen padre y dedicado a su familia.
ASEO
Pero lo que pasó es que parece que con este tercer hijo se hartó, y ya no me ayuda a cambiar pañales, con el aseo, con la comida, muy pocas veces.
Todo me deja prácticamente, y eso que ambos trabajamos. Ahora, todos los días se va a jugar fútbol y se queda hasta tarde, después de salir del trabajo.
Yo me callaba para no pelearme, pero me sobrepasa todo y ya le digo sus verdades.
Lo peor es que él solo se calla, se acuesta a dormir o si no se va con los vecinos otra vez a tomar cerveza. Me hace unas caras y listo.
Luego me habla como si nada. La verdad que no sé más qué hacer con él. Estoy muy harta ya. Yo colapso porque se me encima todo.
SALIDAS
No quiere más ni participar de salidas conmigo, él siempre está cansado para salir conmigo, pero para ir con sus amigos no hace problemas.
Cuando estamos cerca todo es pelea, todo es malestar, y lo malo de todo es que todos se ponen en mi contra.
Mi cuñada me dice que él trabaja mucho, que es hombre, que ellos no están acostumbrados a tareas de la casa.
Y para más colmo es que hasta mi mamá sale a su favor.
La verdad que le quiero a mi marido, pero creo que nos sobrepasa la rutina.
Él anda muy cansado también, yo entiendo, pero lo cierto es que yo también, pero no por eso dejo de cubrir las responsabilidades. Y no estamos como para pagar alguien que venga a limpiarnos la casa, y el tema es que deberíamos poner cada uno de nuestra parte. Sería lo ideal.
¿Cómo hago para comunicarme con él? ¿Qué puedo hacer para que nuestras conversaciones sean sin pelea?”
Buen día estimada lectora, es importante saber el tiempo que pasó entre el segundo hijo y el último, ya que podría ser uno de los motivos por el cual él no esté muy motivado o bien haya perdido la práctica de los cuidados que los pequeños se merecen. Capaz que este último hijo no estaba en los planes de buena a primera, pero no por eso no se merece el mismo cuidado y amor que recibieron los anteriores. Pero independiente a eso, creo que deberías tener una conversación incómoda, pero necesaria con él, de forma tranquila y madura, pero no después de una discusión, sino cuando ambos estén serenos. Allí le expones tus necesidades, tus limitaciones haciendo todo sola, pero, sobre todo, cómo te sentís con esto. Sin olvidar preguntarle qué él siente con la familia que tiene actualmente, qué piensa, cómo ve el futuro. Es importante saber los sentimientos, emociones y pensamientos que está teniendo en estos últimos tiempos para llegar a una fusión de lo que te pasa a vos, lo que le sucede a él y de las necesidades de la familia, para llegar a un entendimiento mutuo.