El noble árbol de lapacho o tajy nos cubre con su manto rosa y, por momentos, mientras caminamos por las caóticas calles de nuestra ciudad, nos distrae del caótico tránsito. Sus flores, como un mago, logran embellecer hasta los baches y veredas reventadas.
El lapacho, en sus variedades con flores rosas, amarillas y blancas, fue declarado por ley “el árbol nacional del Paraguay” el 10 de mayo de 2012, gracias a la propuesta de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción. Sin embargo, es un árbol que también podemos encontrar en el sur de Bolivia, Brasil, Argentina y Uruguay.
Aunque, en pleno agosto, los tajy ya están llenos de flores, según los expertos, su temporada de floración es en la primera quincena de setiembre.
¿Sabías que, además de embellecer la ciudad, los lapachos son medicinales? En nuestro país, pocas personas aprovechan las propiedades naturales del árbol, pero en la región, especialmente en Brasil, es muy valorado.
Para qué sirve
Las propiedades medicinales del tajy se encuentran principalmente en su corteza y sus hojas.
Se le atribuyen efectos antibacterianos, antiinflamatorios, antivirales, antifúngicos y laxantes.
La corteza del lapacho se utiliza para preparar té que trata la diabetes y la gastritis.
Sus propiedades antiinflamatorias se utilizan para aliviar los dolores de la artritis y las molestias menstruales. Así también, las hojas y ramas se usan para tratar heridas, llagas y contusiones por sus efectos antibacterianos.
El té también puede ser apoyo al sistema inmunológico porque se cree que fortalece las defensas del cuerpo contra infecciones.
Aun así, hay que tener cuidado; se recomienda no abusar de su consumo ni utilizarlo como reemplazo de los medicamentos recetados por los médicos. Las embarazadas no deben consumir el té del lapacho por su potencial efecto abortivo.
Si bien el lapacho rosado tiene un uso tradicional y se han realizado varios estudios científicos que respaldan sus propiedades naturales, la evidencia científica es todavía limitada.