Condorito, de 49 años, llegó a su casa con ganas de descansar y tomar tereré, pero su señora no le quería ver sentado a pesar de que hace dos meses volvió de Brasil, donde estuvo laburando un tiempo.
Según contó la hermana del corneado, hace dos semanas el hombre tenía antojo de comer asado e iba a preparar, pero la doña no le permitió y le mandó a comprar otra cosa, pensando que iba a tardar. Pero él volvió enseguida, como sospechando algo.
Cuando llegó, la mujer ya no estaba. Le preguntó a la hija y ella le dijo que su mamá se fue a buscar pasto Camerún para las vacas. Sin embargo, él ya les había dado de comer, así que la siguió.
La doña pasó de largo la zona del pasto y el hombre ya sospechó lo peor. Desde lejos vio a un tipo meterse al ñanandy y, al acercarse, escuchó clarito cómo su señora estaba “pasando bien”. Ocurrió en una ciudad de Concepción. El esposo engañado se metió por entre las espinas, no pudo grabar la acción en vivo. “Dijo que el otro, su cuerno (Patrocinio), tardó muy poco, y cuando llegó ya estaban vestidos”, relató la hermana. Igual alcanzó a filmar cuando la doña salía del yuyal y se ponía bien la ropa negando que había alguien más, pero al amante se le cayó el celular y no tuvo de otra que saludar al titular. Hasta le pasó ko la mano...
Pidió perdón
Al día siguiente, el cuerno apareció a suplicar que no le mande el video a su esposa y pidiendo perdón. Prometió que ya ni iba a mirar a la doña. El marido borró el video frente a él, pero antes ya le había enviado a su hermana por seguridad. El amante no cumplió su promesa, por lo que el engañado envió el video a la esposa de él y ahora a la infiel se la conoce como “la reina del ñanandy”. “Mi excuñada la que se enojó más y amenazó con meterle preso a mi hermano que cansado de los maltratos, fue al juzgado y comunicó que abandonaba el hogar por la infidelidad”, dijo.