Apenas treinta minutos del domingo habían transcurrido cuando, pese al intenso frío de la madrugada del primer día de la semana, la farra en un local bailable el calor de la farra empezaba a subir los decibeles.
Un joven de nacionalidad argentina, en aparente estado de ebriedad, empezó a sacarse la ropa en medio de la pista de baile, lo que generó gran molestia entre los presentes, especialmente el dueño del local, don Eusebio Blanco, quien pidió a los agentes de la Comisaría 16 que custodiaban el lugar que sacaran al exhibicionista de la fiesta.
Los uniformados se acercaron a Gustavo Gabriel Viveros y dos personas que los acompañaban y les pidieron que se retiraran, momento en que se inició una acalorada discusión. “Por ser argentino nomás me golpearon”, afirmó Gustavo, cuya madre, Irma Viveros, acusó a los uniformados de excederse con el uso de la fuerza, provocándole varios golpes en el cuerpo.
Sin embargo, una historia muy distinta contaron agentes de la dependencia policial, quienes exigieron que Asuntos Internos de la Policía Nacional tome cartas en el asunto, asegurando que ellos no le tocaron ni un solo pelo al muchacho.
“Yo no puedo afirmar porque no tengo pruebas, pero el muchacho parecía que estaba bajo los efectos de algo más que el alcohol, porque con dos grados, ¿quién se saca la ropa? Nosotros estábamos metidos en la patrullera por el frío que hacía”, expresó el oficial Benjamín Veloso, subjefe de la mencionada dependencia, dando a entender que Gustavo había consumido alguna droga.
Según el uniformado, los golpes que tiene el denunciante fueron producto de varias caídas que protagonizaron él y sus parientes, cuando intentaban retirarse del lugar a bordo de una moto.
“Yo tengo un hijo argentino y otro que está estudiando allá, cómo voy a pegarle por el simple hecho de ser argentino como él dice”, cuestionó el agente en diálogo con EXTRA. Gustavo Gabriel fue trasladado hasta el hospital local, donde quedó internado.