Mientras corría sangre en la penitenciaría de San Pedro y en Tacumbú se temía por un verdadero desastre, el amor hacía lo suyo en otra de las pobladas cárceles del país.
Una brasileña de nombre Francisca decidió unir su vida en sagrado matrimonio con un reo de nombre Jonathan (también brasileño).
Con los barrotes como testigos, dieron el sí en una de las celdas del Centro de Rehabilitación Social de Itapúa (CERESO), en plena alerta penitenciaria que se había comunicado tras la masacre en el norte.
La novia narró su historia de amor y contó que con Jonathan se conocen desde pequeños e incluso eran vecinos, según publicó el portal www.tvs.com.py
El reo cumple condena por tenencia ilegal de armas, esta situación no menguó el sentimiento de Francisca, quien se encargó de gestionar todos los documentos y los permisos para que la boda se realice.
Con voz entrecortada y en medio de lágrimas, ella dijo que su esposo le prometió que cambiará y que formarán una hermosa familia.
Francisca manifestó que vinieron a Paraguay porque que en su país la inseguridad es reinante y aquí por lo menos pueden transitar tranquilos por las calles.