Como lo vienen haciendo desde hace 8 años consecutivos, don Blas Ramos y su esposa doña Ana Jara, una familia de chiperos que tienen su local en el cruce entre San Antonio y Villa Elisa, regalaron hoy decenas de chipa asador calentitas a todos sus clientes para agradecer a Dios por el fructífero trabajo que tienen.
Ya convertida en una tradición, entre junio y julio, la familia elige un día fresquito e ideal para disfrutar las deliciosas chipas con palos que preparan con mucho esmero, paciencia y, por sobre todo, calidad, en su negocio.
Don Blas contó a EXTRA que llaman a esta actividad “día de gracias a Dios”, por el próspero negocio que tienen y la gran clientela que va creciendo más y más de el primer día que comenzaron con su venta.
“Es un gesto solidario, pero es realmente es un día clásico de agradecimiento a Dios y a los clientes, ese es el motivo. Hace 8 años habíamos comenzado, estábamos muy abajo, estábamos en el subsuelo y con este trabajito que Dios nos dio empezamos a remar con mucho sacrificio, con mucho esfuerzo”, comentó el chipero.
Compartió su alegría de que actualmente ya sean tres familias los que se mantienen gracias a la venta de chipas en el lugar. “Dimos alrededor de 120 kilos de masa. Quiero aclarar que no somos gente de dinero, pero sí somos agradecidos y podemos compartir lo que Dios nos ha dado”, alegó Blas.
Explicó que el día que eligen no avisan a nadie que las chipas son de regalo, para que los clientes que se acerquen se lleven la sorpresa.