Unos ruidos infernales pusieron en alerta a Viviana Álvarez Aquino (29). Al salir de la casa para saber qué estaba pasando, una bala le dio de refilón en la cabeza y cayó herida. Del susto no pudo divisar de quién se trataba.
Solo cuando los vecinos acudieron para ayudar, se dio cuenta que el patio estaba bañado de la sangre de los hermanos Fretes, entre ellos su concubino. Ella fue llevada al Hospital de Curuguaty para ser atendida.
El día de la masacre, Gregorio Fretes estaba trabajando como albañil en la casa de su hermano mayor Emérito (67), en la localidad de Ko’e Pora San Luis, distrito de Villa Ygatimi (Canindeyú). Ese martes cumplía sus 54 años y para celebrarlo invitaron a otro hermano, Emigdio (48) y a su esposa, Viviana, pero la reunión familiar terminó en tragedia.
Los hermanos fueron llevados hasta su natal Ybyrarobana para la cristiana sepultura.
Lo que se sabe
Según el informe policial, una vecina y testigo, reconoció plenamente al supuesto pistolero: un vecino del dueño de casa.
Hace dos años, Fidel Fernández vendió cuatro hectáreas de tierra al hermano mayor. Pero hace un poco más de un año volvió a ocupar la tierra, lo que causó varios encontronazos entre ambos hombres.
“Había amenazas y cosas así desde hace tiempo. Eso comentaron las hijas del dueño de casa”, contó a EXTRA Héctor Vera, subcomisario de la zona.
Suponen que Fernández no actuó solo, ya que los cadáveres tenían tres balas cada uno, pero de diferentes calibres.
Por su parte, el fiscal de Curuguaty, Christian Roig informó que se pidió orden de captura para el sospechoso y que están teniendo pistas de dónde pudo haberse escondido.
“En el conflicto por la tierra, ambos se denunciaron mutuamente. Incluso hay un antecedente: uno de los hermanos fallecidos disparó a los familiares de Fernández, de apellido Torres”, explicó.
Hasta el cierre de esta edición, no se sabía nada del paradero del supuesto autor.