Fueron casi 17 horas las que Juan Andrés Rojas Casco (29) luchó contra las olas del mar para llegar a su refugio, tras el naufragio de la lancha “Ana Belén”, en Punta Arenas, Chile.
El pasado jueves, a las 19:00, se hundió la embarcación con cuatro pescadores paraguayos adentro. Hasta ahora el único sobreviviente es Juan, quien relató las 48 horas más difíciles de su vida.
Toda esa noche y madrugada del viernes, el náufrago paraguayo nadó, unos 200 kilómetros. “Las olas lo llevaban al fondo del mar, una y otra vez, en lugar de sacarlo. Una de esas lo metió en una cueva, donde fue atacado por lobos marinos que le mordieron los pies”, contó al medio chilena Las Últimas Noticias Clarissa Rojas Casco, hermana de Juan.
“En la cueva, dijo que ya no podía más, que ya no aguantaba más su cuerpo, que ahí había llegado su hora”, relató.
Al verse acorralado en la cueva, el compatriota no tuvo de otra que volver al mar, intentando alcanzar tierra firme. “Que pase lo que pase”, dijo, y se lanzó. Las olas lo tragaron, pero alcanzó la superficie del mar, se sostuvo por una roca y logró salir.
El frío y la espera
Una vez en la isla, la lucha de Juan fue contra el frío y la deshidratación. “Tuvo que tomar el agua dulce que había en el lugar, no comió nada y abrigó sus pies con pasto y con su orina para resistir el frío”, detalló su hermana.
Esperó durante muchas horas en la nevada. Vio pasar sobre él tres helicópteros, pero no le detectaron. “Pasaron por arriba y no lo vieron, él estaba vestido de buzo, de negro”, contó Clarissa.
El sábado pasado, al escuchar la lancha de pescadores, empezó a silbarles lo más fuerte que pudo. Juan se sigue recuperando en el Hospital Público Regional de Magallanes, confirmó su familiar.
“Fue increíble lo que pasó con mi hermano, para nosotros es un milagro de Dios”, dijo Clarissa, quien contó que su hermano sigue en shock.
3 paraguayos siguen desaparecidos
Los otros tres paraguayos, César González, Joel Bogado y Fernando González siguen desaparecidos. Los familiares apelan a la solidaridad para movilizar lanchas y drones para seguir con la búsqueda.
“Es impresentable que una institución de guerra como la Armada de Chile esté esperando que calme el viento y que las olas se apacigüen para salir a buscara personas que están agonizando en la costa”, criticó Claudio Faundez, un comunicador chileno.