“Si me pasa algo, ya sabemos quién es el responsable”, dijo Robert David Da Silva Núñez, de Pedro Juan Caballero, con el corazón en la mano y un montón de papeles bajo el brazo.
Da Silva es un camionero de hace más de 15 años, hace cuatro años conoció a quien pensó era su amigo. Comenzó a hacer fletes para él y su familia.
El problema surgió, tras comprarle un camión a Nelson Julián Delgado Brítez, quien lo acusó en grupos de WhatsApp de no querer pagar su deuda. Peor aún: empezó a circular la foto de su cédula y la del rodado, por todo Paraguay, con el objetivo, dijo Robert, de dejarlo sin trabajo.
También le llegó una captura de pantalla donde lo amenazaba de muerte, indirectamente.
“Y si robamos camión ajeno, nos llevan al infierno en pedasitos”(sic), había escrito Nelson, acompañando de una imagen.
Robert dijo que tomó en serio la amenaza cuando Delgado fue hasta la casa de su suegra, ya anciana y volvió a asegurar que su vida terminaría.
“Le dijo que a mí me iba a hacer las cosas, (matarle), que no le iba a hacer nada a mi esposa, pero a mí, sí”, dijo Robert a EXTRA.
Se arrepintió
El hombre insistió en que él no robó nada, que compró el vehículo de buena fe.
Un mes antes de que venciera la primera cuota, un monto de G. 36 millones anuales que correspondía y quería pagar, pero en ese momento, allá por junio, no quiso recibir aún el dinero.
Incluso hay audios del hermano del vendedor diciendo que “no estaba apurado”, “que cuando sea la fecha nomás”, pero finalmente ya no quiso recibir la plata, solo quería recuperar el camión.
“Envié un telegrama para que reciba el dinero, pero rechazó. Dijo que vendió muy barato el camión. En realidad la carreta nomás ya falta pagar, que es G. 263 millones, por la confianza que teníamos, figura el camión completo. En total son G. 400 millones más o menos”, aseguró Da Silva.
Finalmente, sin avisarle nada, hace un mes y 15 días, presentaron una orden de secuestro del camión y pidieron su baja en DINATRAN. Resultado: Robert quedó sin poder trabajar con ese vehículo, ya que quedó varado en territorio argentino, porque ya no podía circular.
Aseguró tener todos los documentos, contrato, intimaciones y conversaciones sobre la veces que insistió en saldar la cuota.
Dijo además que quiere trabajar tranquilo y que no tiene problema de pagar.
Robert, padre de dos criaturas, pidió que Nelson Julián se contacte con él para “negociar como hombre”.