Desde el mismísimo Vaticano se libró una lucha de poder entre la Iglesia y el Gobierno de Alfredo Stroessner.
La visita de Juan Pablo II a nuestro país estuvo en riesgo en dos oportunidades, sin embargo, el tirano tuvo que ceder.
En el libro “Che Rekove, mis memorias”, de Conrado Pappalardo, extinto jefe de ceremonial de Stroessner, se narran los pormenores de la intensa negociación que hubo y las condiciones que impuso su Santidad para pisar tierra guaraní.
“El anuncio de la venida del papa se había hecho en octubre de 1987, pero se comenzó a hablar de la posible cancelación ante la falta de entendimiento entre el Gobierno y la Conferencia Episcopal Paraguaya”, explica Teruko.
Aclara que en ese tiempo estaba renunciante a su cargo en el Palacio, pero Stroessner lo mandó llamar para exigirle que solucione el problema. “Señor presidente, pero si yo le presenté mi renuncia, y él me respondió: ‘Pero yo nunca se la acepté y a mí nadie me renuncia. Vea la forma de destrabar esta crisis. Yo quiero que venga el papa’”, contó.
A Pappalardo no le quedó más remedio que obedecer. Comenzó moviendo sus contactos en la Santa Sede y fue así que habló con Navarro Valls, uno de los periodistas más prestigiosos de ABC (España) y vocero del Vaticano desde 1984. Este le pidió que viaje a Roma.
Indicaciones
En Italia, Conrado se reunió con el cardenal Agostino Casaroli, secretario de Estado. Le comentó de que en Paraguay habría una “apertura política”, lo que lo convenció para interceder ante Juan Pablo II. Posteriormente conversó con el papa.
“Su Santidad, le voy a explicar por qué es importante que vaya al Paraguay, le dije, me interrumpió y me manifestó: ‘Yo sé muy bien lo que ocurre’. Cuando llegue a Paraguay el Nuncio le dará instrucciones’”, relató.
“Llegué a Asunción y me convocó el Nuncio. ‘La orden que yo tengo es que para que venga el Santo Padre al Paraguay debo tener la seguridad de que los obispos estén en armonía con el Gobierno. Si no, no va a venir”, señaló. Se conformó una comisión con tres representantes del Gobierno y tres de la Iglesia católica. Tras una reunión limaron asperezas e inició el operativo para la visita del papa. “La noticia oficial de la venida se dio el 8 de diciembre de 1987 en Caacupé”, rememoró.
Suspendieron un evento papal
“A instancias del Ministro del Interior, Sabino Montanaro, el Gobierno suspendió unilateralmente un evento papal titulado: Encuentro con los constructores de la Sociedad. Dijeron que eso iba a constituir un foco de protestas opositoras”, relató Pappalardo. Allí nuevamente surgió la amenaza de que el papa no vendría al Paraguay. “El Gobierno se vio obligado a levantar la suspensión y el acto se hizo sin mayores inconvenientes”, señaló Teruk