Los obstetras, Roberto Omar Rotela (42) y su esposa Lourdes Rossana Aguayo (35) fueron el sábado a una casa de campo a descansar y se encontraron con la muerte.
El licenciado Roberto estuvo de cumpleaños el lunes pasado y quiso celebrar haciendo lo que le apasiona: pescar.
Un temporal con fuertes vientos los sorprendió. La pareja corrió a refugiarse bajo un quincho de karanday, pero se derrumbó sobre ellos.
El deceso de ambos fue inmediato. Su hija de 10 años se encontraba en el lugar, pero salió ilesa.
Lloran pérdida
“Hemos perdido a dos grandes valores de la sociedad. Dos excelentes profesionales de salud”, señaló Fabiana Fernández, jefa de la Unidad de Obstetricia del IPS.
La licenciada reveló a Extra que “Robert”, como le decían los amigos, era un líder nato.
“Era jefe y supervisor de las Clínicas Periféricas de la Unidad de Obstetricia del IPS. Trabajaba también en el Hospital de Calle’i y era jefe del Grupo Boy Scout La Merced”, detalló.
Sus compañeros lo recuerdan como una persona comprometida al servicio.
“Le encantaba el área de planificación familiar, decía que era la clave para reducir la pobreza en el país. Anhelaba el reconocimiento de los obstetras y formaba a los jóvenes Scout para la vida misma”, manifestó Fernández.
La licenciada Lourdes prestaba servicio en el Hospital de Clínicas y dedicaba todo su tiempo libre al cuidado de su hija de 10 años.
La niña, quien quedó huérfana, quedó a cargo de su familia materna.
El último adiós se realizó ayer, en San Lorenzo. Los jóvenes Boy Scout acudieron uniformados y realizaron un emotivo homenaje. Una gran cantidad de obstetras y otros profesionales de salud estuvieron presentes.
Demanda
El trágico hecho ocurrió en la tarde del sábado, en el Puerto Privado Naranja Hay, de la Compañía Itá Pirú, Cordillera.
La familia se encontraba junto a Juan Recalde (35), amigo de ambos, quien también estaba acompañado por su esposa e hijo de 9 años.
El señor relató que fueron a pescar al Río Manduvirá, que linda con la casa de campo. Cuando cayó el mal tiempo, los licenciados se refugiaron bajo el quincho.
Cuando este se derrumbó, la hija de ambos se encontraba a sólo unos metros. Mientras que el niño, hijo del amigo, resultó lesionado, pero está fuera de peligro.
La familia de Recalde demandaría a los dueños del establecimiento porque las instalaciones no se encontraban en condiciones.