En medio de lágrimas, Don Modesto Benítez, un abuelito de 88 años de la compañía Tajy Centro de Caazapá, contó que fue brutalmente golpeado ayer por su propio hijo Máximo Benítez por pedirle que desenchufe el cargador de su celular.
“El clima estaba muy feo, vi que tenía enchufado su celular junto a mi heladera, no quería que se descomponga de nuevo y le pedí por favor que desenchafara para que no haga corto circuito. Ahí sin mediar palabras me dio un soco en la cara y me tiró en el suelo”, relató el abuelo.
Dijo que su hijo no se quedó conforme con solo echarlo al suelo y golpearle la cara. “Me agarró de nuevo y me pegó muchísimo en la cabeza y en el estómago, yo ya estoy muy viejo, ya no pude defenderme y me jugó todito mal hasta que se cansó y me dejó", comentó.
Aprovechando que le soltó, escapó como podía, rengueando por los golpes caminó 500 metros hasta la casa de su otro hijo para pedirle ayuda. “Le dije a mi otro hijo, que Máximo me iba a matar, me iba a matar si me quedaba. Ahí llamamos a la policía, pero él se escapó en el bosque y hasta ahora nadie sabe dónde está", lamentó.
Vivía violentado
Don Modesto dijo que no es la primera vez que su hijo le pega, hace un año ya le había pegado y hasta tuvo que ser internado varios días por los graves golpes.
"Él no es humano, no sé que va a pasar de mí, tengo miedo de que venga y me pegue más, vive borracho y cualquier cosa puede hacerme”, acotó desesperado el señor.