Tanto el agotamiento y el estrés se convirtieron en los últimos meses en el factor común de los motivos de renuncia al sector público de la salud, por el cúmulo de trabajo que exige la lucha contra la pandemia, especialmente en los hospitales de Itauguá y el Instituto Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente (INERAM), explicó el Dr. Felipe González del último mencionado.
“Hemos tenido un par de renuncias, de gente que no renovó sencillamente el contrato, lo que estamos viviendo dentro, lo que está viviendo el personal, es una carga de estrés superior”, puntualizó González.
Explicó que existe una alta demanda por recursos humanos, lo que genera que los profesionales de blanco renuncien a un puesto para ir a ocuparlo en otro que es menos estresante. “En este momento, creo que el hospital de Itauguá como el INERAM son los centros en los que muchos no querrían estar por el alto estrés que hay y el flujo de pacientes incesante de pacientes que estamos teniendo. Manejar eso muchas veces es muy difícil”, refirió.
Señaló que a veces lo más difícil de soportar es la presión del trabajo. “Lastimosamente no todos están preparados para enfrentar diariamente esa presión, incluso la presión ciudadana muchas veces se vuelve insostenible. Hay mucha ansiedad también lógicamente entre los familiares y eso hace que las tareas muchas veces sea muy difícil de llevar”, dijo al respecto.
La Dra. Leticia Pintos, directora de Terapias y Servicios de Urgencias Hospitalarias dijo que el golpe de estrés se siente especialmente en el sector de la Enfermería, donde al menos el 30% de los profesionales dejaron sus cargos, mientras que los médicos fueron entre cinco a seis los que pidieron traslados a otros hospitales o en el peor de los casos renunciaron al sector público.