Los chespis no descansan ni un día y se pasan perjudicando a la gente trabajadora. En el barrio Santo Domingo de Lambaré, por ejemplo, los vecinos están hartos de los robos “bagatelarios”, que para las autoridades “no son gran cosa”.
Ernest Valenzuela publicó unos videos donde se ve a dos adictos llevando una reja entera como si nada, por lo que hizo una comparación indicando que según la ley, un robo bagatelario es menor a 10 jornales mínimos (aproximadamente G. 1.030.910).
“Pero si uno le pide presupuesto a un herrero para reponer lo robado, te pasan siete veces más de eso”, dijo el hombre.
En otro punto de Lambaré, en el barrio San Rafael, zona de la Comisaría 14, Ernest también pilló que los chespis están robando masivamente los medidores de agua. “Cada uno cuesta alrededor de G. 2 millones, pero ellos los cambian por un toko de sustancia para saciar su adicción”, indicó.
“Se roban porque hay compradores, y esos son tan culpables como los que roban”, lamentó el vecino que publicó los videos en sus redes sociales.