Lo tiraron como una basura, pero él no se rindió. Solo, acorralado por el miedo y el dolor, esperaba su final en lo más profundo de un barranco. Allí abajo, en medio de la suciedad, su destino parecía sellado. Pero unos ángeles vestidos de amarillo llegarían a tiempo para darle una segunda oportunidad.
El miércoles pasado, la alerta movilizó a los voluntarios de la 13ª Compañía de Bomberos de San Antonio. En la zona de la calle Río Apa con la avenida San Antonio, un perro había sido visto en lo más hondo de un barranco de aproximadamente diez metros. Allí, donde muchas personas tiran sus desperdicios, alguien había arrojado también al animalito.
Los bomberos no dudaron. Con cuerdas y casco protector bajaron al lugar, trabajando en conjunto con sus camaradas de la 15ª Compañía de Ñemby. No era un rescate fácil.
El terreno era resbaladizo y peligroso. Pero el objetivo era uno solo, salvarle la vida. Minutos después, lograron sacarlo y subirlo hasta la superficie. Había vencido la muerte.
Está muy lastimado
El perrito fue bautizado como Río, porque el rescate ocurrió a orillas del río Paraguay. Cansado, herido y con el cuerpo lleno de marcas, fue entregado de inmediato a la organización Huellitas Paraguay para que reciba atención veterinaria.
La animalera Nadia Vargas fue una de las que acompañó el rescate y compartió la experiencia en sus redes sociales. “No puedo explicar la angustia que sentía mientras los bomberos buscaban. Hubo un momento en que pensamos rendirnos, pero él volvió a ladrar con desesperación. Su vida dependía de ese ladrido”, relató.
Esos ladridos fueron su último grito de esperanza. Estaba casi sin fuerzas, pero logró hacerse escuchar. Y ese sonido cambió todo. Los bomberos redoblaron la búsqueda hasta que finalmente lo encontraron entre las ramas y el barro. “Lloramos, gritamos, reímos de alivio. Fue un momento que nunca vamos a olvidar”, agregó Vargas.
Los vecinos creen que Río estuvo atrapado allí por al menos tres días. Sus heridas lo dicen todo. Tiene lesiones en la cadera o la columna, además de varias heridas infectadas con gusanos. Aun así, resistió. “Dios nos dio la oportunidad de encontrarlo con vida”, escribió Nadia.
Hoy, Río ya no está solo. Está bajo cuidado veterinario y forma parte de una familia de voluntarios y proteccionistas que lo rodean de cariño. Aunque el camino de recuperación será largo y costoso, aseguran que no lo van a dejar atrás. “Haremos todo lo posible para que se recupere y pueda olvidar lo que pasó. Él ya es parte de nosotros”, expresaron.
Quienes quieran colaborar con la recuperación de Río pueden hacerlo a través de los siguientes medios:
-UENO BANK
Alias: 80128214-4
Giros habilitados:
-Personal: 0971 720 773
-Mango: 0971 720 773
-Wally: 0971 720 773
-Zimple: 0971 720 773
-Tigo: 0981 489 215