19 abr. 2024

Herrero armó un andador a su vecinito enfermo para que pueda caminar

El niño nació con artogriposis múltiple congénita, una enfermedad que le impidió caminar desde pequeñito.

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Alan Jesús junto a su héroe Cristhian Martínez.

Cuando María Elizabeth Solís de Pérez se embarazó, la felicidad inundó su casa. Luego de dos años de su casamiento había hecho muchos tratamientos para quedar embarazada, pero a los cinco meses de gestación los médicos le dieron una difícil noticia. “Me hice un estudio que se llama morfológico y me dijeron que mi hijo venía mal, que no sabían si iba a vivir o no”, relató a EXTRA la joven madre.

No pudo evitar en caer en la desesperación. Acudió varios médicos y especialistas, y estos le dijeron que cuando naciera se iba a saber el diagnóstico y si iba a hablar, moverse, etcétera. “Él es un niño muy deseado, yo no podía tener hijos. Cuando me enteré que estaba embarazada me encomendé al divino niño Alan Jesús”, añadió. El pequeño nació a los ocho meses en el hospital de Itauguá, debido a que requería terapia.

Al cabo de un tiempo, una especialista le diagnosticó artogriposis múltiple congénita, una malformación de las manos, pies y brazos. “Cuando iba al hospital me decían que desconocían el diagnóstico porque hay pocos niños que nacen con esa enfermedad”, lamentó. Pero los médicos no se rindieron y empezaron a investigar, hasta que se dieron cuenta que un niño con esa patología podía igual llevar una vida normal.

Alan Jesús ya pudo  dar sus primeros pasos.

Alan Jesús ya pudo dar sus primeros pasos.

“En la parte mental, él es sano. Entra a la escuela, va al preescolar. Es una persona normal, entiende todito. Solamente la parte motriz es el problema”, continuó la madre. A los 1 mes de nacido tuvo que ser enyesado, luego se operó. Algunos meses se volvió a operar y así pasó por varias cirugías hasta los tres años, donde tuvo otra en los pies que fue la más grande. Cuando eso, el pequeño ya le reclamaba a su madre que no podía caminar. “Me decía mamá yo quiero caminar, quiero correr”, refirió María Elizabeth.

Desde el barrio San Antonio de Atyra los dos viajan diariamente hasta Tobatí para que se haga la fisioterapia. “Duele mucho, como mamá te digo. Me dice, ‘yo no quiero más juguetes, yo quiero caminar’ y tiene dos amiguitos, él se arrastra pero suele jugar con ellos partido”, continuó la mujer.

En uno de los juegos con sus amiguitos fue que su vecino, Cristhian Martínez junto con su esposa vieron al peque y decidieron darle una manito. “Él es mecánico y también herrero. Le vio a mi hijo y le dijo porqué no le hacemos un andadorcito. Como que él procuraba pararse, me dijo creo que va a poder usar un andador. Yo veía en internet para poder comprarle pero carísimos son, él me dijo que le iba a hacer”, detalló María.

Regaló un andador a niño con artogriposis múltiple congénita

Ella, se ofreció a sacar un préstamo para pagarle, sin saber que Cristhian ya había puesto manos a la obra y ayer le cayó en casa con tremenda sorpresa. “Ayer llegó con el andadorcito y fue muy emotivo para mí. Él no me contó nada, apareció nomás y me dijo que me traía de regalo el andador. Mi hijo se subió y empezó a dar sus primeros pasos. Me emocioné tanto, porque mi hijo me dijo: ‘Mamá, ahora sí voy a poder jugar partido con mis amiguitos’ y empezó a caminar con su andador”, dijo al borde de las lágrimas. Cristhian vive a dos cuadras de la casa de María y no le cobró absolutamente nada.

“Quería que la gente sepa que hay personas de tan buen corazón como este señor y no tengo palabras, es una persona excelente. Ellos escucharon cuando él decía que quería pararse”, finalizó la mujer.