20 abr. 2024

Expeones de estancia denuncian maltrato y falta de pago

Dos empleados del mismo patrón presentaron denuncia a Senacsa por un supuesto sistema de corrupción que ayudaba al patrón.

Hace más de un año, Alcides Monges (30) no puede conseguir un trabajo estable porque su expatrón, un estanciero de Toro Pampa, Alto Paraguay da malas referencias de su desempeño.

El expeón indicó que reclama una indemnización ya que lo echaron sin recibir ni un solo guaraní y encima casi perdió un ojo cortando leña y el dueño de la Ganadera Agropecuaria Catarina S.A. identificado como Sergio Cassius no quiso costear su accidente, según la denuncia que hizo Monges, quien ahora vive en Yaguarón esperando respuestas.

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Dijo que seguirá hasta que logre la indemnización por el daño que recibió durante su trabajo en la estancia chaqueña; lamentablemente muchos caen en este tipo de situaciones donde los patrones se siente poderosos y no hacen caso a las leyes que rigen en este país, mencionó.

“Jetu’u upepe”

Don Eustaquio González, otro exempleado de la misma ganadera, indicó que se pasa de lo peor en esa estancia.

“Jetu’u upepe. Haga frío o calor, nos bañamos donde toma agua el ganado. Nos sale libre arroz, fideo y eso, pero nos manda pollo, que llega en colectivo en dos días y cuando abrimos ya está todo descompuesto, pero quiere que consumamos”, dijo.

Agregó que a él se le echó en mayo, cuando de un día para el otro, el patrón le pidió vacunar a todas las cabezas de ganado, allá por 10 mil más o menos, pero apenas de a cien podían colocarlos en el corral, ya que se esparcían.

“Me retó y me dijo que ahora quería todo y le dije: Disculpame señor, pero nunca se preocupó por vacunar a todas las vacas. Me gritó que quería a todas en el corral, pero después de unos minutos llegaron 4 policías y me llevaron”, lamentó el hombre.

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Indicó que le dejaron en otra ciudad que no conocía y tuvo que empeñar su moto para venir a Asunción y denunciar el maltrato.

“Me dijo que G. 10 millones me iba a pagar, por la necesidad le dije que sí, pero finalmente me dio G. 8 millones, dos millones me sacó por el alojamiento que me consiguió cuando le dije que no conocía a nadie y también para la policía”, indicó.

Agregó que el señor Sergio Cassius lleva dos armas de fuego en la cintura para meter miedo. Relató también que los peones no tienen vacaciones, o por lo menos, el que pide, directo se le despide. “Se trabaja de domingo a domingo, no hay ni Viernes Santo, Navidad, nada. Y el que nadie se enferme, porque ahí también se le echa”, lamentó el trabajador, quien “changuea”, pero no consigue nada seguro también por malas referencias que le puso el dueño.

Ambos trabajadores presentaron una denuncia formal en la Senacsa para contar que no se vacunan la totalidad de las vacas, poniendo en peligro la carne, pero todo con la “vista gorda” de funcionarios que cobrarían “comisión” por certificados de calidad. Además presentaron fotografías de avionetas que aterrizan en la zona “clandestinamente”.

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“No queremos que otros compatriotas pasen malos ratos”, dijo González.

Ambos se animaron a contar sus historias luego de que EXTRA publicara una serie de abusos por parte de los estancieros en el Chaco.