Después de dos años, el torero Antonio Caballero (28) volvió al ruedo anoche en un torín de Paraguarí bajo protocolo del Ministerio de Salud. Él se dedica a esto desde los 15 años, siguiendo el oficio de su papá y su tío.
“Cuando terminó la corrida de toros, fue como si terminara una parte de mi vida. Muchos quedaron sin trabajo”, dijo a EXTRA. Muchos toreros se dedicaron a la chacra, vendieron sus coches y casas o trabajaron como peones de estancia, describió.
“Todos ya se están vacunando y decidimos hacer una corrida piloto para ver qué tal el tema”, mencionó con ilusión. Existen páginas en Facebook como “Torín-chake la toro” que consigue sponsors y les hace publicidad para aguantar el paro.
“Somos el primer sector de la economía que dejó de trabajar y los últimos en volver de a poco”, señaló el torero.
Protocolo
Los torines son considerados como actos culturales y pueden participar hasta 200 personas al aire libre. A todos se les pide el carnet de vacunación, tapabocas y se les toma la temperatura, destacó Caballero.
Antes de la pandemia, cerca de 1.000 corridas de toros se hacían en las fiestas patronales de todo el país. Otras cuadrillas realizaron ya los primeros torines de Paraguarí el 26 de julio y el 5 de agosto de este año y ahora se suma la de Caballero.
No le hacen daño
Las piruetas se hacen cuando el toro está cansado, y ahí se acuestan frente a él los payasos o le montan, pero sin hacerles daño, destacó.
“Cuando se lastima, a veces el torero se rinde, le tiene miedo entonces practica como payaso, pero tiene que tener carisma”, aclaró.
Solo en este mes de agosto, había fiesta patronal en Altos, Iturbe, San Lorenzo y Quiindy y en todos se hacían corridas de toros.
El torero espera que todo vuelva a la normalidad en noviembre o diciembre para hacer un torín grande como el que les tiene acostumbrados.
Trabajo peligroso
Antonio Caballero relató que ya se fracturó la rodilla y el tobillo en su trabajo y que ya recibió corneadas en varias partes del cuerpo.
“Muchas veces pensé dejarme pero no se puede porque es como una adicción. Una vez que entrás en esto, parece que no te podés alejar”, dijo. La bandita y la propaganda devuelven las ganas de sentir la emoción del público, explicó.