Después de casi una semana del soñado viaje de egresados en Camboriú, la tragedia les golpeó fuerte.
Tras el vuelco de su colectivo en la madrugada del lunes, en Coronel Oviedo, perdieron a un compañero y a la madre de otra compañera.
Natalia González, una de las nueves madres que acompañaron a los chicos, contó a EXTRA que hay heridas físicas y emocionales que deben sanar.
De los 21 egresados que fueron, dos de ellos aún deben operarse. Un joven debe operarse los huesos de la nariz y la otra, a una cirugía maxilofacial, los huesos de la boca.
“Los demás chicos están en sus casas, algunos con collarines y fajas. Mi hija, por ejemplo, se le borró la mayoría de episodio. No se acuerda”, indicó.
González comentó que fue una de las primeras personas en salir y junto a un joven, comenzaron a guiar y sacar del interior a los heridos que podían valerse por sí mismo. Se dividieron en grupos.
Ninguno tenía celular y la desesperación crecía, ya que la versión de dos fallecidos era cada vez más fuerte.
La hija de Liz Concepción Martínez Fariña, se fue con el primer grupo. No sabía nada de su madre.
“Intentaba calmarle y le decía que seguramente estaba en el otro hospital. Cuando vio a su papá llegar, sabía que era su mamá una de las víctimas”, lamentó.
“Que ya no pase”
Pese a la tristeza, el grupo sigue unido y buscarán que este episodio sea un antes y un después para los viajes de egresados en cuanto a seguridad.
“Lo que estuvimos hablando es que había sido los choferes no descansan en un hotel, duermen en el colectivo. No tienen un descanso como deberían”, lamentó.
Agregó: “Lo que queremos es que esto ya no vuelva a pasar. Tienen que haber más seguridad en los viajes. Que capaciten a sus choferes, que coman bien, que duerman bien”, expresó.
La señora aseguró que no saben si el conductor quedó dormido, porque la cabina se mantiene cerrada.
Hay circuito
La fiscal del caso, Lourdes Soto indicó que aguardan los videos del circuito del micro. Así también el rastreo de GPS y la pericia accidentológica, que aportarían más datos para esclarecer los hechos. Se investiga como homicidio culposo.
Una triste despedida
Queridos por todos, amable, educado y responsable. Así lo recordaron a Mauricio David Aguilera Coronel, de 17 años. El flamante egresado recibió el último adiós el jueves en un cementerio de Luque.
El colegio les dedicó un sentido homenaje a ambas víctimas. Y el Sportivo Luqueño también escribió en su cuenta, ya que Mauri era jugador de básquet del club.
Liz Concepción Martínez, de 41, madre de cuatro alumnos del Colegio Santa Teresita, era la tesorera del grupo. Muy querida también por todos.