El árbol, un cocotero, el pozo. Una pared de ladrillos... un secreto. Todos los profundos detalles de un crimen fueron revelados por un delincuente: El testigo principal de cómo dos hombres se deshicieron de un cuerpo. Pero aquel no era cualquiera. Era el de Liz Dahiana Espinoza, la joven de J. Augusto Saldívar, desaparecida desde la noche del 18 de septiembre de 2020.
Luego de más de un año y medio, el testigo decidió hablar y contarlo todo, luego de ser detenido por un hecho delictivo. Como si su memoria hubiera guardado muy bien en su disco duro mental, el detenido recordaba cada detalle de aquella madrugada, relató a radio Monumental la fiscal Daysi Sánchez. “Este es un lugar que sirve de aguantadero. En este caso, nuestro testigo después de cometer un hecho delictivo ingresó para ocultarse de los policías”, comenzó a detallar la fiscala.
Allí, normalmente el hombre se escondía luego de cometer alguna que otra fechoría. Por las noches, el sitio solo era habitado por la fauna y la flora del lugar, generalmente los únicos ruidos que se escuchaban provenían de ellos. Pero en la madrugada del 19 de septiembre de 2020, el ruido de un vehículo le llamó la atención.
En ese momento, reposaba tranquilo frente a una fogata que había prendido. Al escuchar que llegó el vehículo, la apagó pensando que eran policías. “Pero logró ver que era Joel y su hermano, él era vecino de ellos, por eso logró identificarlos” subrayó Daysi Sánchez. Dos días después se enteró de la desaparición de Dahiana. Muchas cosas pasaron por su cabeza, especialmente la idea de que pudieran involucrarlo en el asesinato si abría la boca. “Allí él se asustó y tuvo miedo”, refirió la fiscala.
Añadió que la hipótesis es que fue asesinada y desmembrada en el inquilinato, para luego ser arrojada en este tajamar, donde el testigo los vio arrojar varias bolsas. “Se conocen desde criaturas. Él le habla y Joel le dice que estaban arrojando restos vacunos. Tampoco tiene sentido porque él trabajaba en una pollería. Entonces le pidió que se retire y lo hizo porque él (Joel) estaba muy nervioso. Él menciona que era una pierna humana y se retiró asustado del lugar”, indicó Daysi.
La fiscala comentó que el testigo hoy por hoy está preso y que “no tenía más nada que perder”, por eso decidió contar todo. Mencionó incluso que Joel y Dahiana se mudaron del lugar donde vivían (en el barrio del testigo) debido a las constantes peleas y golpizas a la que era sometida la desaparecida.
Esta mañana, agentes del departamento de Investigación de Delitos de Central procedieron a la detención de José Gabriel Amarilla Jara, de 30 años, hermano del ya detenido e imputado por feminicidio Joel Guzmán Amarilla, exnovio de Dahiana y principal sospechoso de haber cometido el crimen. Del procedimiento participó el comisario Rubén Paredes, actualmente director de Policía de Paraguarí, pero quien fuera encargado de la investigación desde el comienzo.
“Dio unos detalles más o menos preparados. Dijo de que al amanecer de este jueves 18, se le dijo a él que Joel había asesinado a su mujer. Pero es mentira que pudo haber sabido él porque la denuncia se tomó recién el sábado por parte del papá. Ella tenía ya apagado su celular y su última conexión era del jueves a las 23:00. Se empezó a decir que ella fue asesinada cuando no aparecía”, indicó Paredes en contacto con la misma emisora.
Mencionó que pese a no encontrar aún el cuerpo de la chica analizaron muchísimo su detención y decidieron capturarlo porque hay mucha coincidencia con lo que habla el testigo y con todos los operativos ya existía un peligro de fuga por parte de él. “Lo que él habló, el testigo, se documentó. Firmó su declaración ante la fiscal. Está seguro y aparte sabe todos los detalles: el árbol, un cocotero, el pozo. Había una pared de ladrillo. O sea, era habitué de este lugar”, expresó el uniformado. El lugar donde él vive, está a 100 metros del lugar donde supuestamente tiraron las bolsas.
Las pruebas
Paredes afirmó que aunque no se haya hallado aún el cadáver de la chica, existen otras pruebas contundentes sobre su asesinato. Recordó que en el teléfono del sospechoso encontraron imágenes de Dahiana tirada en el piso. “Él cometió el error de esa noche, creemos que, en vez de guardar esa foto alzó en su estado. Vio la amiga que vive al lado y rescató. Después borró. Esa foto a través de la policía antisecuestros volvimos a recuperar esa foto otra vez. Se le ve a Dahiana tendida con el cuerpo desnudo en el inquilinato”, rememoró.
Explicó que esa foto lo incrimina y ubica a él en el lugar y la hora del crimen, pero que no demuestra el asesinato. Las pruebas que sí van a servir en ese contexto, son las que levantó criminalística en la pieza del inquilinato: sangre, tejidos, pelos en el lavadero, en el dormitorio y en la ducha. “Se tienen los resultados de que el 99% es de Dahiana”, sentenció.
Al respecto, la fiscala añadió: “creemos que estamos frente a una persona que premeditó todo lo que iba a ocurrir, no estamos frente a cualquier criminal”. Aseguró que probablemente él ya tenía incluso pensado el lugar donde tirar el cuerpo. “Es un tajamar muy oculto y donde todo el mundo viene y tira basuras aquí. Además la azucarera solía tirar un ácido para derretir todo lo que se tiraba”, manifestó.
En la casa de José Gabriel fue incautado el vehículo que fue reconocido por el testigo como el que se usó para llevar el cuerpo hasta la laguna, donde esta mañana se retomaron los trabajos de búsqueda del cadáver.