En búsqueda de salud para su hijo Lucas, doña Hilda Aires dejó a sus otros dos chicos al cuidado de la abuela y viajaron a 1.500 kilómetros, hasta el Hospital Garrahan de Buenos Aires (Argentina).
En 2014, una vez que estuvo en el vecino país, le confirmaron que Luquitas necesitaría un trasplante de hígado por los daños que sufrió con una infección. Aires intentó donarle parte del órgano, pero por una complicación médica no lo pudo hacer.
Meses después, lograron un trasplante, pero el órgano no era tan compatible. Se iba cada dos meses a sus controles y así lograron extender su calidad de vida por cinco años, hasta que el rechazo crónico se hizo presente y nuevamente necesitaba una cirugía.
Lucas o “Spiderman”, como lo conocen todos los funcionarios del Garrahan, tiene actualmente 6 años, se encuentra desde hace siete meses esperando por una donación que, por fortuna, se concretó unos días atrás. “Hace fiebre, pero es la reacción del cuerpo a todo lo que ha pasado”, indicó a EXTRA la madre.
Doña Hilda golpeó innumerables puertas. Una de las que se abrió fue de la Fundación Santa Librada, que la asiste. “Estoy muy agradecida con todos. También con los cirujanos. Acá él es muy querido”, dijo emocionada la mujer.
Agregó que no saben aún cuándo retornarían a su Ñemby querido, pero la esperanza de volver a ver a sus otros dos hijos la hace más fuerte. “Le doy gracias a Dios por esta oportunidad. Ojalá que en nuestro país algún día podamos encontrar una asistencia médica como acá”, expresó la mamá.