Octavio (34) tiene orden de captura por incumplimiento al deber alimentario por un hijo que no es suyo. Hace changas de peón en una estancia en el Chaco, para mantener a su nueva familia.
Hace catorce años conoció a N., unos años mayor que él. Al mes, Octavio llevó a su novia a conocer a su familia, pero algo no cuadraba para ellos.
“Estoy gordita nomás”, repetía a cada pariente que le preguntaba si estaba embarazada.
El joven Octavio trabajaba, por entonces, en una naviera y viajaba mucho. Entonces, después de dos meses de haber realizado la presentación oficial, se confirmó que la mujer estaba esperando un hijo.
El muchacho cuidó y veló por el que creía era su hijo. Fueron muchos años después, que por casualidad, descubrió una foto de su hijo con otro señor. Ese hombre sí que le parecía mucho, por lo que inmediatamente le reclamó a su mujer. Ella negó hasta la muerte y solo le dijo que era “un amigo” y que bromeó con que era su hijo.
Los problemas de pareja y la duda, hicieron que Octavio abandonara la casa, pero no sin antes hacer un ofrecimiento de manutención a su “hijo”, de G. 1.300.000 al mes, que cumplió hasta que solicitó la “impugnación de filiación”, es decir, pidió ADN para averiguar si era o no su retoño.
La sentencia que salió en 2021 dictaminó que el hombre no era el padre biológico de la criatura, por lo que la jueza indicó que él no tenía ya responsabilidad económica sobre el menor.
No puede trabajar
La traba para Octavio se produjo luego de que la mujer presentara una apelación nuevamente a la Corte. Ese incidente para volver a analizar la situación del hombre revirtió la sentencia y aún sigue en trámite, aunque ya pasaron un par de años.
“Mi hermano perdió su trabajo porque le denunció por incumplimiento alimentario y él ya no pasó la plata por la sentencia que tuvo. Entonces él ahora tiene orden de captura por ese motivo. No puede tener un trabajo estable, no puede criar bien a sus hijos por culpa de esa mujer. Si ya salió negativo, ¿por qué se empecina por él?”, lamentó una familiar a EXTRA.
Indicó que Octavio solo quiere vivir en paz y poder volver a trabajar formalmente y así, asegurar a sus hijos pequeños. “La señora se volvió a juntar con otro señor, incluso tuvo dos o tres hijos más ya otra vez”, indicó.
Pagó durante 4 años
Hace unos días, te contábamos la historia de Javier, quien pagó manutención por cuatro años a su supuesto hijo. Pero le entró la duda sobre su paternidad, porque sus amigos le decían que el chico no le parecía en nada.
Preso de la intriga decidió realizar una prueba de ADN por medio de una demanda judicial. La mamá no se podía negar. Fue entonces que confirmó todas sus sospechas: El niño no era su hijo biológico.
Ramona admitió que se equivocó, pero que en un principio ella tampoco estaba segura de quién era el papá. En una entrevista, dijo que iba a realizar préstamos para devolverle la plata que llegó a gastar.