Augusto Segovia se preparó tres años para esta ocasión. El 25 de noviembre partirá de Buenos Aires rumbo a Caacupé con dos amigos ¡en bicicleta!, para pagar su promesa a la Virgencita Azul.
Wichi, como le dicen de cariño, agradece que por fin podrá volver con su familia para quedarse a vivir en Paraguay, después de 10 años de sacrificio en Argentina. Pedaleará con Ulises Matiauda y Daniel López, que le hacen el aguante.
Saldrán de la parroquia Virgen de Caacupé, situada en la Villa 21 del barrio de Barracas, y sus vecinos les acompañarán unas cuadras en caravana. Llegarían a la Basílica entre el 6 y el 7 de diciembre, pero antes les gustaría pasar por la Terminal de Asunción y que otros ciclistas se les unan.
Una aventura
El promesero alquiló una camioneta, cuyo chofer llevará los equipajes, campings, repuestos, accesorios, el botiquín, la comida y las bebidas.
Ellos no van a dormir en hoteles o posadas, sino que acamparán al aire libre para descansar.
Una vez cumplida la misión, los amigos volverán a Buenos Aires en colectivo, mientras que Wichi se quedará una semana en casa de sus padres, en Coronel Oviedo.
Augusto y sus amigos están entrenando todo el tiempo para poder cumplir la ambiciosa meta de pedalear unos 1.500 kilómetros.
El sueño de volver
Augusto se fue en 2009 al vecino país en busca de trabajo. En bici recorre la ciudad vendiendo ensalada de frutas en verano, y café cuando hace frío. En la famosa Villa 21 vive con su señora Noelia Melgarejo, también paraguaya, y su hijita de tres años.
La idea de regresar nunca salió de su cabeza. “Siempre trabajé por la calle, vi muchas cosas y no quiero que mi hija se críe acá, queremos volver al Paraguay”, contó. “Que sepa el presidente que muchos compatriotas queremos volver, unos pueden y otros no”, añadió.