Amaru (22, casi 23), Amambay (21), Ysyry (19) y Yvuñu (14) son los cuatro hijos de la familia del profesor César Silva Pedrozo y doña Silvana Mora Brizuela, del barrio San Pedro de Encarnación, Itapúa. El mayor ya tiene un hijo, al que le puso también su nombre en guaraní, pues se llama Tiago Amaru.
“Ellos se sienten muy orgullosos, muy satisfechos, por los nombres que tienen”, dijo a EXTRA don Silva, quien es director de la filial del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní.
Él explicó a sus hijos el significado que tienen sus respectivos nombres, ya que cuando eran más chicos sentían “mucha presión”, ante las preguntas de gente mayor que les cuestionaba sobre sus nombres; admitió que entre sus amigos y compañeros de estudios casi no hubo inconvenientes.
Recordó que normalmente le cuestionaban en el Registro Civil local, porque no entendían el significado del nombre, pero tras explicarles, accedieron a anotar a cada una de las criaturas, en su momento.
Mencionó que Amaru, que significa “padre o señor de la lluvia”, estudia ingeniería; Amambay (la “y” se pronuncia con el significado de agua en guaraní), que quiere decir “erguido tras la lluvia”, está siguiendo arquitectura; Ysyry (agua que corre), es estudiante de odontología; y Yvuñu (manantial del campo), este año irá al 9º grado.
Mucha presión
Amambay recordó que cuando era más chica llegó a pedir a su papá que le cambie de nombre, porque sentía mucha presión de la gente por llamarse así. Pero él le explicó que solo la gente ignorante le va a cuestionar su nombre y que los intelectuales van a valorarlo mucho.