¡Increíble! Por la crisis económica que afecta al bolsillo, la compra de ropa usada se volvió el salvatore para muchos. Con tal de ahorrar un poco, varios visten hasta ¡ropa interior de segunda mano!
Doña Isidora Benítez, una antigua vendedora de ropa usada de Luque, contó a EXTRA que desde que inició la cuarentena le llovieron clientes, sobre todo en las últimas semanas, con el inicio de la temporada de frío en el país.
“Con esta crisis ya nadie duda para comprar los usados, en algunos casos hasta se pelean por alguna ropita, pasa que cada uno tiene un diseño único y algunas son ropas de marca que si eran nuevas iban a salir muy caras”, afirmó la doña.
Los precios de la prendas de segunda mano van desde G. 5.000 hasta G. 100.000, dependiendo de qué tan gastado esté la ropa.
“Ropa para bebés, abrigos, camperas y pantalones son los más vendidos ahora mismo, es porque en los shoppings y comercios se venden muy caros por la temporada”, comentó la mujer.
Ropa interior
Cristina Coronel, otra vendedora, mencionó que lo que más compran en su tienda son las ropas interiores de segunda mano.
“Se van muchísimo los corpiños, anatómicos, boxers, bikinis y hasta tanguitas de hilo dental de segunda mano. Son baratitos y es una ropa que sí o sí usamos, los jóvenes son los que más compran”, especificó a EXTRA la doña.
Los precios de las prendas íntimas usadas varían por el tamaño o si tienen alguna mancha o remiendo.
Contó que se proveen de las chicas que tienen muchas bombachas y dicen vender para tener un extrita.
Las tangas de hilo dental son las prendas más baratas porque cuestan solo G. 1.000 por unidad, en tanto, los más caros son los sostenes acolchonados y con encaje.
“Mucha gente piensa que nuestras ropas son de muertos que se robaron de cementerios o que son de enfermos, estos son importados de Brasil, pero igual si eran de muertos, nosotros lavamos bien antes de dar”, dijo.
“El salvatore”
“Antes decía que nunca iba a comprar ropa de segunda mano, pero ahora que quedé sin trabajo y mis hijos están con frío, esto fue salvatore, con G. 50.000 ya nos abrigamos casi todos en casa. También compré dos corpiños baratitos. La ropa usada me salvó todito”, mencionó Justina Ayala, de Capiatá.
Mucha necesidad
Gabriela Aquino, economista, mencionó que las compras a bulto de ropa usada, la búsqueda de ofertas y la compra a granel serán una constante durante el mes de julio y agosto, ya que serán los meses donde se sentirán las secuelas de los meses de encierro.