“El huevo frito ahora es un lujo”, dice doña María Elena Rolón, del comedor Ña Mari ubicado en el Mercadito Municipal Nº 1 de Asunción.
Ella tuvo que empezar a venderlo a 3.000 guaraníes, 500’i más que antes, por el alto costo del producto. Entonces, casi ya no hay clientes que pidan agregar el huevo sobre la tortilla o la milanesa.
En vez de eso piden abundante mandioca para acompañar, pero también está cara y ña Mari no puede complacer a todos.
“Solamente para la siesta tengo 12 kilos de mandioca y eso es todo lo que pongo, después pan, que conviene en el sentido de que no tenés que gastar gas y eso. Y la gente entiende”, comentó.
Así también ella comprende cuando a su local llega un grupo de trabajadores y algunos de ellos llevan su propia matula. Acepta sin problema prestarles el microondas para que puedan sentarse todos juntos a compartir la hora del almuerzo.
Por lo menos la carne no se encareció y eso le ayuda a mantener sus precios. “Por suerte, porque es la base de las comidas acá”, expresó.
Recordó que hace cuestión de un mes ya tuvo que realizar un ajuste de 1.000 guaraníes por la suba de las verduras, el aceite y la harina, además del combustible que afecta todo.
“En los mercados es que el trabajador, el que gana el día a día, tiene que buscar economía”, recomendó.
Durará meses
En algunos comercios ya piden a los clientes llevar solo una plancha por persona o por familia, informó Alberto Sborovsky, titular de la Cámara Paraguaya de Supermercados. Dijo a la 650 AM que “no saben hasta cuándo va a ir esto”.
Lo que bajó un poco son los precios de la carne de cerdo y costilla vacuna.