Manuel Velázquez tenía 19 años y había dejado su casa en nuestro país para ir a Brasil, en busca de un mejor futuro. Como su familia no supo más nada de él, desde el 24 de octubre, su padre Juan Vicente decidió viajar al vecino país, para ir a buscarlo.
Fue solo con el pasaje de ida, pero tenía la esperanza de encontrarlo. Llegó a San Pablo y empezó la búsqueda en Cracolandia, una zona “roja”, donde hay una gran cantidad de adictos al crack, donde es muy peligroso aventurarse.
Fue a ese lugar, porque “me llegó mensajes muy fuertes, de que él andaba drogado, que se orinaba todo, convulsionaba”, dijo él en un reportaje en el canal local Record TV.
Con ayuda de una compatriota residente, Celestina Acosta, llevó una foto del joven, pero nadie lo reconoció. Ni su patrón sabía dónde podría estar.
Finalmente, se enteró que su hijo falleció, tras caer 20 metros en una estación de metro. Pudo llegar hasta el sitio donde enterraron a Manuel, un cementerio para indigentes, donde puso un ramo de flores y le cantó una alabanza a Dios.