La tensión se sentía a flor de piel en las bancas del Estadio Municipal de Altos, donde se enfrentaban el Club Sportivo General Aquino y el Deportivo Porvenir Alteño. El marcador era de 2 a 2 cuando, minutos después de las 17:00 horas del domingo, el árbitro pitó el final del partido.
El encuentro era por la última fecha de la primera rueda y ninguno de los equipos salió satisfecho del campo de juego. Sin embargo, la pichadura más grande fue de las hinchadas que, apenas terminado el partido, empezaron a vociferarse.
Mientras los árbitros abandonaban la cancha un grupo de hinchas se le levantó de las gradas. El tema estaba candente y de los insultos rápidamente pasaron a los golpes.
Patadas voladoras y puñetazos eran repartidos sin discriminar mujeres y niños dentro de los objetivos. La batalla campal fue intensa y duró algunos minutos, pero finalmente los involucrados se retiraron del sitio sin denunciar absolutamente nada de lo ocurrido, contó el oficial Fredy Ojeda, jefe de la Comisaría 2da de Altos.
“Esa es una situación normal por estos lados. Incluso hay veces que tenemos que suspender un rato el partido y reanudar”, refirió Ojeda, asegurando que la prioridad era proteger a los réferes, pues solo estaban dos uniformados en el campo. Agregó que cuando regresaron a la cancha, ya todos se habían retirado.
Otro partido suspendido
Un conflicto parecido ocurrió también ayer en la cancha de la Liga Iteña, en la compañía Arrua’i, donde el árbitro decidió poner fin al encuentro entre el club General Caballero y Guaraní de Itá, luego que un grupo de mujeres del equipo visitante empezó a decirle de todo por cobrar un dudoso penal a favor del local.