Si dudás ya es señal de que tenés que hacerte algunas preguntas: ¿realmente quiero esta relación?, ¿qué tipo de persona deseo tener a mi lado?, ¿cómo soy cuando estoy con ella?
Nadie es totalmente bueno o malo, los seres humanos somos complicados, pero hay que tener en cuenta que una relación se construye sobre la base de la confianza.
Cuando aceptás a alguien para compartir lo más valioso que tenés después de la vida, que es el tiempo, te llevás el combo completo.
Confiar o no, es algo subjetivo, depende mucho de lo que vos creas y de las acciones que demuestran la realidad, los hechos más que las palabras.
Tener mal de amores no es lo mismo que tener amores malos. Todos soñamos con un amor de los buenos, pero ¿qué hacemos para que esto sea una realidad? Una buena pareja no es cuestión de suerte, sino de elección.
Si te “salieron mal”, también debés aceptar tu cuota de responsabilidad en las decisiones que te llevaron a estar con tal o cual persona.
Si bien no hay una regla general para aquello que atrae, tampoco existe el complemento que lo satisfaga todo. Cuando alguien nos gusta, a nivel cerebral muchos procesos se activan, pero existe un punto entre la “atracción y el enamoramiento”, donde todavía se puede hacer como un “chequeo” o “radiografía” para ver si estamos en el camino adecuado.
Elegir una “media naranja” depende mucho de lo que se busca en la vida. A veces nos enfocamos en personas semejantes, con ciertos valores, modelos que traemos de la infancia, que van desde características físicas hasta espirituales, esto se da incluso hasta inconscientemente.
Antes de que tu cerebro se entregue al pedido del corazón o dejarte llevar por ese deseo intenso de sentir cerquita la respiración del otro; antes de perder la concentración o ponerla como único centro de atención y llegar a la idealización podés “parar la pelota” y ver dónde estás parado.
Si te encuentras en el punto adecuado no dudes tanto. Si no es lo que buscás, da vuelta la página y a “otra cosa mariposa”, pero si tu deseo es quedarte con esta chica, después de una interesante reflexión no pierdas tiempo. No te compliques tanto y construí el buen amor.