Me llamo Lucía, y quiero contar mi historia. Mi marido y yo estamos juntos hace 10 años. Yo tengo 40 y él 46. Pasamos muchas cosas juntos. Incluso él estuvo internado mucho tiempo. Casi se murió, pero salió vivo.
Yo estuve todo ese tiempo a su lado. Estuvo internado por dos meses. Nos asustamos muchísimo y no le dejamos en ningún momento.
Silla de ruedas
Pero después de que llegó a casa, todo cambió. Quedó en silla de ruedas, le dicen los médicos que es muy difícil que vuelva a caminar porque dañó su columna. Prácticamente no le dan esperanzas.
Un mes lo que se animó y dijo que no iba a decaer y que iba a luchar por salir adelante, pero después como que decayó, todo era negativo su pensamiento.
Él antes era amoroso, buen hombre, disfrutaba de sus hijos, pero desde que está así cambió por completo. Un día estamos bien y de repente, hora después, cambia su humor y comienza a insultarme por cualquier cosa.
Vaso
Por ejemplo, una vez me pidió vaso con agua y al pasarle se cayó. De inútil me trató. Cuando hablamos y de repente discutimos lo que me dice cosas irreproducibles.
Él nunca llegó a este extremo y yo no sé si el accidente le afectó tanto la cabeza, que ya se deprimió y remata por mí. Mis dos hijos son menores. No quieren acercarse más a él por su forma de ser.
No entiendo cómo nuestra vida pudo cambiar así, tan de repente. Estábamos muy bien, teníamos sueños y metas por cumplir.
Le afecta mucho que tuvo que dejar su trabajo, ya no aporta en la casa. Las cuentas no paran, y mientras yo salgo a trabajar él se queda con mi mamá y los niños.
Mamá
Ya me dijo que no le gusta incomodarle a mi mamá, pero ella hace todo de mil maravillas. No trabaja, vive prácticamente al lado de nuestra casa.
Me cuesta mucho, tengo que cargar con la administración de la casa, las cuentas, mis hijos, su escuela, y encima de todo aguantar eso.
No sé cómo ayudarle más, si ni si quiera a mí me puedo ayudar y es una situación que ya me sobrepasa por completo.
Lo único que hago es meterme a la ducha a llorar, porque no puedo mostrarle debilidad a mis hijos, y a él tampoco, va a ser peor creo yo.
Ya no quiero esto. Incluso consideré separarme. Pero no puedo, le quiero demasiado y la verdad quiero apoyarle, pero no se deja. No sé si esto será momentáneo. No sé qué hacer. Necesito un consejo.
La respuesta: