05 oct. 2025

“Me prometió llevarme a EE.UU, pero cuando se fue se esfumó”

Natalia se enamoró el verano pasado de un yanqui, y hasta se hicieron novios.

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Ilustración

Soy Natalia, yo sé que muchos me van a juzgar, pero necesito desahogarme porque me siento confundida.

En diciembre pasado conocí al que pensé que era el amor de mi vida. Un yanqui, hijo de paraguayos, que cada fin de año viene a visitar a su familia. Él tiene 22 años y yo 20. Desde la primera vez que le vi me llamó la atención, pero me hice la difícil, no le mostré, una semana por ahí me anduvo detrás.

Hasta que un día, en medio de una conversación, me dijo que no se iba a ir de Paraguay sin que me robe aunque sea un beso.

Eso me enloqueció por completo y no solo me robó un beso, terminamos acostándonos, y desde ahí empezó mi ilusión.

Él me endulzó el oído como nadie. Me decía que yo era lo mejor que le pasó en la vida, que aunque viviera lejos siempre íbamos a estar juntos.

Me prometió que me iba a mandar plata para ir ahorrando y viajar y también darme mis gustos, que si todo iba bien vería la forma de casarse conmigo y conseguirme la visa como su esposa.

Emoción

Imagínense mi emoción: yo sentía que estaba viviendo un cuento de hadas, un amor de película. Hasta me presentó a sus familiares como su novia, y yo feroz boba, le creí todo.

Pero cuando volvió a Estados Unidos, a finales de enero, la historia cambió de golpe. Al principio me llamaba, me escribía, parecía todo normal.

Pero pasó una semana y desapareció. Dejé de recibir sus mensajes, no atendía mis llamadas, desapareció como si nunca me hubiera conocido.

No me dio una explicación, ni un motivo, nada. Me rompió el corazón, me sentí usada, tonta, y me dolió.

Pasaron todos estos meses, y yo traté de olvidar. Seguí con mi vida, aunque con ese dolor que todavía me persigue. Y ahora, de la nada, él volvió a escribirme.

Me dijo que regresa a Paraguay este diciembre, que quiere verme, que tiene cómo explicarme todo lo que pasó.

Me pidió que al menos le escuche, que va a buscarme de todas formas.

Yo le respondí que no tengo nada más que hablar con él, que ya me rompió el corazón una vez y que no quiero volver a sufrir. Pero la verdad, en el fondo me tiemblan las manos.

Tengo miedo de caer de vuelta en su juego, él sabe cómo seducir a una mujer ¿Realmente puede haber una justificación para lo que me hizo?

La respuesta:

Buen día, mi estimada Natalia. Si la consideración y buena intención hacia los demás están de por medio, siempre busca la manera en manifestarse. Es por eso que se entiende la duda que te alberga en estos momentos con su aparición repentina, porque si por más que la situación y/o motivo que le impidió comunicarse o contestar tus mensajes o en su defecto no se puede explicar en una llamada o mensaje. Al menos debería tener la deferencia en avisar que no puede comunicarse y cuando lo pueda lo haría. Si consideras que vale la pena como persona podrías darle la oportunidad de escucharlo, pero analizar bien sus explicaciones, si crees que es válido y vas a poder pasar página de lo sucedido, ¡adelante!, pero si sentís que no te convence y vas a llevar este episodio en la relación, es mejor mirar al costado y seguir tu camino.

Psicólogo Clínico, especialista en jóvenes y adultos. (0981) 571 635