Soy Fátima y sé que muchos van a decir que lo que siento es un capricho, que estoy confundida, que es pura fantasía, pero nunca antes me latió tanto el pecho como ahora al ver a esta pesona que me trae loquita.
Me enamoré de mi profe de Historia de la facu. Él tiene 32 años, yo 20. Parece poca diferencia, pero en la facultad eso pesa, porque él es el que me enseña y yo apenas estoy empezando.
Lo conocí el primer día de clases en la facultad. Todos los profes se presentan rápido, leen la lista y siguen, pero él fue distinto. Hablaba con una pasión que nunca escuché, como si la historia le saliera de adentro, como si enseñar fuera su pasión desde chiquito, además de ser buena persona, trasmitir paz en cada palabra.
Me acuerdo que pensé: “ojalá me hablara así a mí”. Y al poco tiempo me di cuenta de que lo miraba más de lo normal, que esperaba con ansias su clase, que cualquier palabra suya me alegraba el día.
Tenía novio
Yo tenía novio en ese entonces, un chico de la facu también, un año más que yo. Buen muchacho, cariñoso, pero al lado del profe se volvió invisible. Mi cabeza, mi corazón y hasta mis sueños empezaron a girar alrededor de él. Era imposible parar mi corazón.
Terminé cortando con mi novio porque sentía que lo estaba engañando aunque nunca hubiera pasado nada. Hasta que un día pasó.
Estábamos solos, después de un trabajo que me quedé corrigiendo con él. La verdad fue una excusa para tenerlo más tiempo conmigo. No aguanté más, y sin pensarlo le besé.
Nunca me voy a olvidar de ese momento. Fue como tocar el cielo con las manos.
Y lo que me dejó más enamorada es que él me correspondió. Sentí que sí le gustaba, que no era solo mi imaginación. Me besó también un rato, pero enseguida se apartó, se agarró la cabeza y me dijo que no podía ser.
Me explicó que como soy su alumna, sería antiético, que podría perder su trabajo, que no está bien. Yo lloré, le dije que yo lo amaba, que era el amor de mi vida.
Él me acarició la cabeza y con una mirada tierna me confesó que también siente algo por mí, que si no fuera porque soy su alumna ya estaría conmigo.
Ahí me volví loca, quería abrazarlo decirle que deje todo por mí.
La vez pasada lo encaré de vuelta y le volví a besar y no pudo resistirse, pero volvió a decirme que no. El me mira con amor en sus clases ¿Qué piensa de todo esto?
Buen día mí estimada Fátima, las pasiones repentinas muchas veces buscan cubrir carencias o insatisfacciones que nos pueden llevar a acciones no apropiadas. Deberías analizar con la mente fría, si solo querés una aventura amorosa con esta persona en repuesta a la pasión que te despierta como persona o su condición de docente, o si visualizas algo serio, teniendo en cuenta los roles que cada uno tiene en la facultad. De igual manera, considerar la situación comprometedora en que se encuentra él, siendo profesor. También tener en cuenta, cuanto de compromiso y responsabilidad hay en vos en relación a las personas a quienes decís querer, ya que hablas de un novio anterior. ¿Qué pasaría si formalizas con el profesor y mañana aparece otra persona u otro profesor? Ver que verdaderamente qué querés.
