Soy María Laura, tengo 23 años, y le voy a ser bien sincera licenciado, a mí no me gustan los moteles, para nada.
Me encanta disfrutar con mi pareja, me gusta el sexo y no tengo problema con eso. Pero eso de ir a los telos, y usar camas que usan miles de personas, esas sábanas que no sabés ni quién ensució, legalmente me da guácala.
Simplemente me da asco. No disfruto, pero voy medio obligada porque a mi novio le vuelve loco. A Juanjo le fascina, le excita ir a un lugar distinto.
Claro que cuando estamos en plena acción no estoy pensando todo el tiempo en la sábana y el lugar donde estoy, pero me re molesta estar en un lugar donde entra todo tipo de gente. ¿Dónde también puedo saber yo si no hay cámaras escondidas grabando a la gente?
No es paranoia, son cosas que pasaron en la realidad en el mundo. Esto también es aparte de lo que genera en mí el lugar en sí. Tiene que ver con mis valores también.
Cómoda
Al principio, cuando empezamos a salir, íbamos a su departamento, fue el primer lugar donde tuvimos sexo. Ahí me sentía cómoda, tranquila, sin apuro, ni ganas de salir corriendo del lugar.
Pero después empezó con eso de los moteles. La primera vez me negué. Le dije que no me gustaba, que prefería estar en un lugar limpio, nuestro, íntimo.
Pero insistió tanto que terminé cediendo, porque la verdad que quería darle el gusto.
Recuerdo esa noche. Cuando entramos, no me gustó ese aire pesado que sentí. Él estaba emocionado, y yo solo quería que terminara rápido para irme.
Desde entonces, cada vez que quiere estar conmigo, lo primero que dice es “¿y si vamos a un motel?”. Yo ya ni sé cómo decirle que no.
Yo incluso le propuse ir a hoteles, pero no, a él le excitan los moteles. Incluso me dijo que le excita la idea de imaginarse que otras personas pudieron entrar ahí. Dice que soy exagerada, que no pasa nada, que todo está limpio.
Pero no se trata solo de limpieza, es que no estoy nada cómoda. A veces hasta me invento excusas para no vernos, solo para evitar discutir, unas cuántas veces le dije que me visitó “don Andrés”.
Yo lo quiero, y me encanta estar con él, pero me hace sentir que mis límites no importan. Últimamente hasta pienso si de verdad me respeta ¿Qué piensa de todo esto?
La respuesta
Buen día mì estimada María Laura, el respeto y la consideración mutua son puntos importantes en una relación de pareja, si uno no lo siente, no hay reciprocidad. Si tanto dice que te quiere y también te desea, es más que seguro que también querrá que disfrutes en la intimidad, es por eso que deberías recurrir primeramente conversación y luego a la imaginación, en donde le indiques sinceramente como te sentís y que no hay un disfrute pleno como sucede con él. Plateándole algún juego (allí entra lo de la imaginación) simular espacios en su departamento como si fuera un motel, situaciones, personajes, etc. Capaz que así descubran algo más excitante que ir a algún motel y de a poco disminuir la vista a esos lugares. Así ambos ganan.