“No es una persona lo que crie, sino un monstruo”, dijo ña Julia Sosa (60), entre lágrimas tras ser golpeada brutalmente por su propia hija.
La doña, quien vive en Ciudad del Este, contó a EXTRA que por 13 años trabajó en España, con la ilusión de darles una vida mejor a sus hijos. Gracias a su sacrificio, logró comprar una casa en el km 7, la cual alquilaba para tener un ingreso y poder mantenerse.
Sin embargo, todo cambió poco antes de la pandemia, cuando su hija mayor, que es docente le preguntó si la casa estaba habitable. “Le dije que sí y ella se mudó a vivir ahí sin pedirme permiso, a pesar de que tiene su propia casa”, contó Julia.
Al volver, su hija se adueñó prácticamente de la vivienda por lo que ella viajó a Argentina donde viven sus otros hijos y alquiló una casa para vivir y trabajar. Pero ahora, con 60 años y con problemas de salud, quiso volver a su casa para vivir tranquila. Lo que no imaginaba era que su regreso terminaría en una brutal paliza.
Hace años ya le había pedido para que salga de la casa, pero la “docente” le sacó a patadas a su mamá. “Le quise denunciar, pero me dijeron que se iba a ir presa y eso no quería, por eso me callé, pero ahora yo ya no puedo pagar alquiler y quiero mi casa para vivir tranquila”, dijo la doña.
Está enferma
La misma sufre de presión alta, colesterol, diabetes, entre otras cosas, por lo que quiere estar en paz.
“Hace 15 días fui para entrar a mí casa, porque ya estoy cansada de pagar alquiler. Pero mi hija me echó a patadas, me golpeó frente a los policías, me dejó con el ojo morado, sin mis anteojos, y con dolores en las rodillas, costillas y brazos. Me trató como si fuera una extraña”, relató con la voz entrecortada.
La hija asegura que la vivienda le pertenece, mostrando una “tarjeta de cancelación”, pero la señora Julia tiene el título de propiedad a su nombre. “Esa casa es mía, todo lo que hice fue con mi trabajo. Nadie me regaló nada. Pero ni eso respeta”, se lamentó.
Según le contaron, su hija falsificó su firma para poder adueñarse de la casa.
Lo más doloroso, según cuenta, es que la agresora siempre fue su orgullo. “Era la mejor alumna del colegio, se recibió de licenciada en Letras. Yo le di todo lo mejor que pude. Nunca imaginé que iba a terminar así conmigo. Con la gente es amable, sonríe, pero en la casa es un demonio”, describió.
Tras el ataque, ña Julia quedó con graves moretones y apenas puede caminar. “Me amenazó de muerte. Yo ya no quiero pelear, solo quiero que se haga justicia, que me devuelvan lo que es mío, y poder pasar tranquila lo que me queda de vida”, expresó entre lágrimas.